por Miguel Horacio | Nov 23, 2016 | Bautismo en el Espíritu Santo, frase, Frases, Oración, Poder de Dios
Este fin de semana pasado estuve en la ciudad de Nueva York en el 1er Congreso Carismático Católico Hispano de esta gran ciudad (y andaba con mi obispo). Fue un fin de semana poderoso entre prédicas, talleres, risas, momentos de oración, lágrimas, sanación, liberación, etc…
Es una real bendición tener un obispo con corazón de pastor. En un momento dijo: “Mi carisma es confirmar la fe que tienes y lo que haces”. Al decirlo me vino una lluvia de recuerdos de conversaciones que hemos tenido y como me ha corregido, consolado y animado por años. Poder presentarle a amigos y amigas que tengo en NY y que ellos percibieran de primera mano a este pastor y a la vez que él pudiera conocer a personas tan maravillosas fue un honor. Y sobre todo ver al Señor actuar con Poder en medio nuestro.
“La enfermedad no es de Dios. En cierta forma detrás de cada enfermedad está el diablo”. Dijo Monseñor De La Rosa en una de sus prédicas. Definitivamente es una confirmación a mi fe y a lo que he estado predicando por años. Escuchar a mi obispo decirlo frente a cientos de personas es potente, confirmador, emocionante. En un momento alguien se nos acerca y nos pide oración y el me mira diciéndome: “Tu dirige la oración”. Mientras los dos imponíamos las manos sobre la persona. Ahí caí en la cuenta que después de años conociéndonos fue la primera vez que mi obispo y yo oramos cara a cara por alguien. Ya lo habíamos hecho desde alguna tarima y junto a otras personas pero nunca así como en este fin de semana.
Tuvimos un momento de oración por el Bautismo en el Espíritu luego de una de sus prédicas sobre lo que es la Renovación Carismática. La oración la dirigíamos el Padre Eduardo y yo. De repente se nos acerca Monseñor y toma el micrófono para motivar a los presentes que no habían recibido el carisma de orar en lenguas a que se atrevieran a pedirlo en ese momento, diciéndonos que este es uno de los tantos signos que indican que una persona ha sido bautizada por el Espíritu. Pero verlo a él hacerlo y animarnos a orar en lenguas fue una bendición.
Todos los días hacíamos desde la tarima oración de sanación. Una de sus más grandes preocupaciones o más bien ocupaciones es que ante tanta gente con grandes necesidades puedan experimentar el Gran Poder de Amor que tiene Jesús para sanar al que sufre. En uno de estos momentos de oración habíamos 5 personas dirigiendo la oración y el detrás animándonos. Entre ellos el Padre Joseph Espaillat (Director Hispano de la Renovación Carismática en NYC).
Nos hicieron la cortesía de hospedarnos en un hotel, todas las mañanas Monseñor y yo nos juntábamos en el pequeño restaurante del hotel para desayunar. Uno de esos días una de las personas que nos servía el desayuno me pregunta frente a él: “¿Es tu papá?” Yo lo miro, me sonrio y le digo: “Es como si lo fuera. Es mi obispo”. Inmediatamente dijo: “¡Bendígame por favor!” Y allí en medio de todos oró por ella. En fin, estoy como niño después de volver de viaje con una de las personas más importantes en su vida. Una bendición para mi el haber estado con él.
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por Miguel Horacio | Sep 5, 2016 | Reino de Dios
Imagínate cuando Malco llega a su casa. Sangre en su cara y en su ropa. Impresionado por lo ocurrido. La Palabra de Dios nos relata como Pedro le hirió. Jesús reprende a Pedro, le ordena guardar la espada y le reconstruye milagrosamente la oreja al herido (Jn 18,10-11).
Malco representaba a las personas que rechazaban a Jesús. Aparentemente ‘era del equipo contrario’. Aquí vemos como Jesús trató y sigue tratando a las personas que nosotros vemos como del ‘equipo contrario’. Jesús lo sanó.
Al llegar a su casa, su familia debió alarmarse. “¿Qué pasó?”. “Me cortaron una oreja”. Curiosamente la tenía. Nadie entendía nada. “¡Explícanos!”. Contó como iba con los demás de ‘su equipo’ y se acercaron a Jesús y sus seguidores. Uno de ellos estaba armado con una espada y le cortó. Me imagino que dijo: “Gracias a Dios no sabía usarla, porque me habría cortado la cabeza en vez de la oreja”.
Entonces vino Jesús. Malco nunca lo había visto tan de cerca. Cara a Cara. Dijo: “Me sanó la oreja. No puedo explicar cómo, pero lo hizo. Me di cuenta que Jesús es muy distinto a sus seguidores”.
La Palabra de Dios, una espada que sana
El objetivo de la Palabra de Dios es salvar. No condenar (Jn 3,17). Sanar, no herir. S. Pablo nos dice que la Palabra de Dios es una espada (Ef 6,17) Pero no para luchar contra personas de carne y hueso, sino para combatir contra ‘malignas fuerzas espirituales’. La Espada de la Palabra de Dios no es para cortar orejas. Debemos cuidarnos de dar el uso contrario a lo que Dios nos da.
No sabemos cual espada Pablo tenía en mente cuando escribió esto. Los soldados tenían dos espadas. Una larga y otra corta para luchar de cerca. Pero la espada corta también tenia una función sanadora, pues era la espada usada para sacar los dardos que se les podían pegar en la lucha. Si un soldado era herido, tomaba su espada corta y el mismo se sacaba el dardo que el enemigo le había clavado.
De la misma forma, el Espíritu Santo nos da estas espadas cortas, para que la apliquemos en las áreas de nuestra vida en la que el enemigo nos ha pegado algún dardo. Esta espada es para sanarnos y para que podamos sanar a otros. No es para pelear contra ‘los del equipo contrario’ a menos que sean espíritus malos. Ninguna persona de ‘carne y hueso’ es nuestro enemigo. El diablo sí. ¡Cuidado con confundirnos! Malco aprendió que muchas veces los discípulos de Jesús nos confundimos.
El Antiguo Testamento ya pasó
El peligro que describe Juan 1,11: ser suyo y no recibirlo, se puede repetir si nos cerramos al Reino de Dios. Siendo miembros de la Iglesia y no recibir ni transferir su Misericordia hasta a los que piensen distinto a nosotros.
Per-versión es una mala versión de algo. La verdad tiene círculos concéntricos. Hay verdades más centrales que otras. Cuando ponemos primero lo que no es esencial, terminamos pervirtiendo la Palabra de Dios. Lo importante es la Misericordia. Todo lo demás es inferior.
En el Antiguo Testamento se nos muestra la fuerza del pecado, la enfermedad y la muerte, pero el Nuevo Testamento vence con la medicina del Amor y la Misericordia de Dios. El Reino de Dios ya está aquí. El Rey Jesús sigue vivo sanando y salvando a quien escuche y aplique su Palabra.
Dios habló, pero sigue hablando
Dios no habla una sola vez. El sigue hablando. No podemos vivir con el Maná de ayer, hay que seguirle de cerca, para que nos hable hoy. Si Abraham se hubiese quedado con la Palabra de ‘ayer’ sin escuchar lo que Dios le decía ‘hoy’ hubiese matado a su hijo Isaac (Gen 22,12). Es cierto que Abraham recibió la Palabra de Dios de sacrificar a su hijo, pero en el tope del monte le volvió a hablar y le dijo que ya no. Si no escucha, hubiese terminado haciendo lo contrario a la voluntad de Dios. Dios proveyó en el Nuevo Testamento a otro Hijo para el sacrificio.
Así también Dios le dijo a Elías que le alimentaría a través de cuervos junto al arroyo (1 Re 17). Pero luego la provisión de Dios cambió de cuervos a un viuda pobre. Los cuervos dejaron de llevarle comida y el arroyo se secó. Dios le habló de nuevo para que buscara a una viuda. Si Elías se hubiese negado a la Buena Noticia de apartarse de lo que Dios había dicho antes hubiese muerto. Se levantó, se movió, buscó y recibió alimento mientras servía a una viuda que aparentemente no tenía nada que darle.
Para reflexionar: ¿Quieres ser Abraham con el ‘cuchillo’ en mano? ¿O quieres ser Abraham abrazando al hijo? ¿Te vas a quedar en la Antigua Alianza enfocada en el pecado o en la Nueva Alianza centrada en la Misericordia? ¿Te sientes seco y sin alimento? ¿No será que debes moverte a buscar a aquellos que aparentemente no tienen nada que devolverte? Si te quedas ahí herirás a muchos Isaacs o te morirás sin alimento y sin agua viva. Siéntate a escuchar al Autor de la Biblia, no es sólo leerla, déjate amar y transformar por Él. Conocer y representar al Autor de la Biblia es más importante que conocer la Biblia.
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NOTA: Este artículo fue originalmente publicado en la Revista Rayo de Luz, ya que celebramos ahora en Septiembre el mes de la Biblia.
por Miguel Horacio | Ago 29, 2016 | Poder de Dios, Reino de Dios
Un Dios maravilloso siempre hace maravillas. En este mes estuve viajando en la región de Chiapas, específicamente en Tapachula y en Tuxla. Podría aquí contarte lo que vi al Señor hacer mientras estuve por allá pero quiero hacer algo diferente y compartir lo que me han ido enviando de Tuxla después de que Irwin (quien me acompañaba) y yo nos regresamos a casa.
1er testimonio: ¡La infección de Maryam desapareció!
Decidimos salir de casa e ir al congreso. Llegando al congreso tomamos asiento y de repente dice Miguel Horacio: «hermanos pónganse de pie los que tienen alguna infección y en ese momento Mau abrazó a Maryam y la levantó y empezamos todos a orar, ordenando a la infección que salieran en el nombre del Señor Jesús. Después siguió con el tema.
Luego en la hora Santa el otro hermano dijo: «siento que el Señor está sanando de una infección y que a la persona que está sanando empezó a sudar y a sudar y por medio de ese sudor salió toda infección». Hermanos para la gloria de Dios por la mañana antes de irnos al congreso, estando en casa con mi familia, Maryam empezó a sudar mucho. Y pues que les digo, en ese momento sabía, que era Maryam. Y lloré de alegría y alabamos al Señor con más intensidad.
2do testimonio: Sanación del cuello y llamado a ser canal de Amor
La verdad nosotros no pudimos ir al congreso porque pues tuve que trabajar y sólo pudimos ir el sábado en la noche… Y en mi experiencia personal, sentí que Dios tocó poco a poco los nervios de mi cuello, y el dolor desde ese día hasta hoy a disminuido, y algo que sentí fue un llamamiento fuerte a confiar en el Señor Jesús y ha dejarme utilizar para que pueda ser medio de sanación, y hasta hoy siento ese ardor inexplicable de ese llamamiento.
3er testimonio: ¡Activa tu fe!
Desde el Jueves pasado en hora Santa Parroquial, el Señor ha pedido mayor docilidad y confianza en Él, de momento me sentí con mayor Paz, sin embargo, desde hace años he tenido mala calidad de sueño, y muchos dolores de cabeza, cuello, espalda alta, he recurrido a tomar analgésicos a veces suaves y otras un poco más potentes, para poder descansar del dolor y así dormir. Hace un par de meses se agudizaron mis dolores y mal sueño por mis preocupaciones laborales, los sin sabores de la convivencia con algunos hermanos, familia, etc. Al grado de no dormir, o quizá 1 o 2 horas como máximo; cuando llegaba a conciliar el sueño, malos pensamientos, angustias temores me hacían perder la tranquilidad y por ende el sueño, orar con mamita María haciendo el Santo Rosario fue la Solución y el sábado en la noche el Señor me permitió escuchar de Miguel Horacio 2 cosas:
1.- Cuando algún hermano cerca de ti es sanado, es tiempo de que actives tu fé.
2.- «Él Señor estaba obrando en una persona que tenía pesadillas y no podía dormir y recurría a medicamentos o iniciaría con medicamentos para descansar». Desde hace meses, estuve tentando a tomar nalbufina (medicamento de acción central para sedar).
Gracias a la Misericordia de nuestro Señor Jesus me he sentido mucho más descansado, aliviado de mis desvelos, con mayor animo para trabajar. Saben ni siquiera tuve presente que me sanara de esta dolencia en particular, solo me ocupe de alabarlo, de glorificarle, de reconocerle. Solo le dije en tus manos estoy y conmigo mis familias (Ziga Portillo, Ziga Magaña, Misioneros) y le di gracias por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará. ¡¡¡Gloria a Dios por su amor y misericordia!!!
4to testimonio: El Señor sana a la familia.
Soy el hermano leo y esta vez dije: «Voy a vivir el congreso por tantos problemas que como familia hemos pasado». Tiene algunos meses que teníamos problemas con mi hija, cosas muy fuertes. Entonces me dije voy a vivir mi congreso y así fue. En un momento de la oración cuando Miguel Horacio decía en Palabra de conocimiento: «Aquí hay alguien con problemas familiares muy fuertes» y yo dije: «Señor, a mí me estás hablando», pero también Miguel Horacio decía: «como pasen los días tus problemas tendrán solución», y el Señor me está regalando lo que siempre quiero, ver mi familia unida, después de mucho tiempo. ¡Gracias Dios por tanto amor y gracias por tan hermoso evento.
5to testimonio: Recibe sanación al orar por un niño.
Quiero compartir con ustedes, que Dios es tan bueno y misericordioso. Yo estaba sufriendo de mucho dolor en mis senos, y parte de la axila. Estaba triste y preocupada. Ya era una molestia de todo el día y la noche. Pero el día del congreso quería vivirlo todo completo, pero eso no era posible y en la hora santa del sábado, pensé pedir por mí, pero justo pasó a mi lado un niño bien mal y me dolió verlo así, que le dije al Señor Jesús: «tu sabes que me duelen mis senos, pero no te pediré por mí, sino por este niño que está enfermo, sánalo». Y toda mi oración fue por ese niño. Hoy hace 8 días que no tengo dolor alguno. Estoy sorprendida y feliz de la obra de Dios en mi. ¡Jesús me sanó! Y en las palabras de conocimiento dijeron que una mujer estaba siendo sanada de la axila izquierda y esa parte me dolía. ¡¡¡GLORIA A DIOS!!!! Atentamente, Mily Morales.
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por Miguel Horacio | Jul 13, 2016 | Poder de Dios, Reino de Dios
Una de las cosas que más impresiona en el ejercicio del Ministerio de sanación es el carisma de palabra de conocimiento. Es uno de los carismas acompañantes o auxiliares en el ministerio de sanación. Una palabra de conocimiento es una revelación que da Dios de lo que Él está haciendo o va a hacer en la vida de alguien. En el fondo, como todo lo que Dios revela, es una llamada a la fe.
Cuando escuchamos a alguien dar una palabra de conocimiento, Dios nos está pidiendo creer que lo que esa persona está declarando viene de Su parte y será hecho. Algunas pueden aparentar declaraciones sencillas y otras pueden a nuesto modo de percibir más difíciles. Ej: “Aquí hay alguien que sufre en su pierna izquierda y Dios quiere sanarte” ó “Alguien aquí tiene un dolor en su hombro derecho. Muévelo y verás que Dios te está sanando”.
En estos días estoy en medio de una fuerte tanda de viajes de predicación y oración por otros. Estuve hace poco en la ciudad de Tampico. Allí recibí la confirmación a una palabra de conocimiento que había dado hace años en un congreso de servidores. La Sra. Rosy Parra me confirmó que ella sanó su dentadura en aquel momento de oración. Realmente habían miles de servidores allí. Pero el Señor me hacía sentir que estaba sanando a alguien que necesitaba tratamiento dental, pero no tenía los recursos económicos para pagarlo. Ella me cuenta que Dios la sanó instantáneamente. Esta palabra de conocimiento no fue confirmada allí mismo, pero si ella cuenta su testimonio en su comunidad esto eleva la fe de la gente para abrirse a este carisma.
En uno de los momentos de oración en Tampico tuve una imagen mental de alguien que había llegado allí con un aparato en uno de sus oídos para escuchar mejor. Aquí también había bastante gente. ¿Cómo saberlo si Dios no lo revelaba? Sentía que esta persona, si se quitaba el aparato del oído, podría comprobar que ya Dios le había sanado y no necesitaría el aparato para escuchar bien. Cuando lo dije por el microfono había un silencio sepulcral en aquel lugar, nadie se movía ni decía nada. Todos esperando a ver si esto era ocurrencia mía o Dios realmente estaba haciendo esto. Como decía anteriormente esto es un llamado a la fe. Un llamado a mi fe para que me atreviése a decirlo y un llamado a la fe de quien padecía el mal en su oído para quitarse el aparato y probar. Se levantó un hombre y vino al frente caminando. La sorpresa de todos fue ver que en su mano traía un aparato auditivo. El testificaba que ya estaba escuchando bien. Un zumbido constante que tenía en el oído se le había quitado y ahora estaba escuchando bien. ¡Gloria a Dios!
El fin de semana pasado estuve en Coatzacoalcos y allí recibí entre otras, una palabra de conocimiento de que el Señor estaba sanando de asma a alguien y que el signo de que esta persona estaba allí es que traía consigo un inhalador medicado para cuando le atacaba el asma. Dos personas mostraron el inhalador que llevaban. ¿Para qué el Señor da estos detalles en la palabra de conocimiento? ¿Para sorprender o impactar? No ¿Para hacer sentir que Él lo sabe todo? Tampoco ¿Para qué entonces? Pues para elevar la fe de las personas. Para que creamos en Su Poder. Sí es cierto que Él lo conoce todo. Sí es cierto que Su Poder es impresionante y su Amor también. Pero estos detalles que Él revela es para que nos abramos más a la realidad de que en Su Reino todo es posible.
Una de las sanaciones milagrosas más impactantes en estos dos viajes fue como a un hombre en Tampico se le enderezaron las piernas. Los servidores estaban impactados pues lo conocían de hace tiempo y ahora caminaba sin ayudarse y sin dificultad. Y en Coatzacoalcos sentí que el Señor estaba sanando a personas que habían ido en silla de ruedas se puso de pie una señora que dijo tener cáncer en la médula y esto le dificultaba el caminar, pero después de la palabra de conocimiento se puso de pie de su silla de ruedas ella sola y caminó frente a todos. Luego una joven con las piernas bien torcidas hacia dentro se puso de pie sin la ayuda de nadie. Nunca se había puesto de pie sola. Parecía tener 12 años de edad. ¡Jesús vive y tiene mucho Poder!
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por Miguel Horacio | Abr 18, 2016 | Poder de Dios, Reino de Dios
Me pasé junto a mi comunidad todo un fin de semana con mi obispo y el Director Provincial de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo a la que pertenezco ya hace varios años. Quiero contarte lo que estuvimos ‘cocinando’, es decir hablando y planificando. Tuvimos varios momentos de oración en los cuales el Señor nos habló proféticamente y las intervenciones de Mons. De la Rosa y Carpio (quien es el asesor oficial de la Comunidad Marcos, comunidad/ministerio dependiente de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo).
Todo el fin de semana estuvo enmarcado en estos 4 temas, son para nosotros como los 4 puntos cardinales que nivelan la brújula de nuestro quehacer comunitario:
1. La Misericordia de Dios:
Tanto las prédicas de Monseñor de la Rosa como las de nuestro Director Provincial Reynaldo Gonzalez, así como varias palabras proféticas giraban en torno a la Misericordia de Dios y cómo estamos llamados a ser canales de Su Misericordia para los demás. En las predicas nos recordaban que además de que el Papa Francisco nos introdujo al Año Jubilar de la Misericordia nuestra comunidad está fundada en buscar, obedecer y hacer lo que brota del corazón de Dios. Y nuestra comunidad tiene un llamado específico a la Misericordia de Dios pero desde el principio a tenido un enfoque a la asistencia de los que sufren de enfermedades. PERO nuestro obispo fue muy enfático en que nosotros no asistimos a los enfermos del cuerpo como médicos, nosotros asistimos a los enfermos con el Poder del Señor, nosotros no asistimos a los enfermos en su interior como sicólogos sino con el Poder del Espíritu Santo y esto nos lleva al próximo punto.
2. Evangelizar con Poder:
Me impactó cuando nuestro obispo nos dijo: “En la época de Jesús ya las personas se reunían en torno a la Palabra de Dios en las sinagogas, la diferencia de Jesús es que predicaba la misma Palabra de Dios que todos ya conocían PERO con Poder del Espíritu Santo”. De la misma forma hoy día dentro de la Iglesia hay diferentes movimientos, comunidades y/o espiritualidades pero mi comunidad tiene la misión de evangelizar con Signos, es decir con señales que indiquen el Poder del Rey Jesús en medio nuestro. Otros evangelizarán con métodos o con dinámicas o con meditaciones, etc…pero nosotros debemos dejar al Espíritu Santo fluir con Sus carismas de Poder (carismas de sanación, carisma de fe carismática, carisma de discernimiento de espíritus, carismas de Milagros). Una evangelización sin signos del Poder de Dios no es el llamado o la misión de nuestra comunidad.
3. Enfrentar al diablo es inevitable:
Otro tema conversado en este fin de semana fue sobre ‘guerra espiritual’ o los enfrentamientos o choques contra el maligno y sus espíritus malos. Algunos hermanos de comunidad comentaban que orando por los que sufren sentían en ocasiones que algunas personas estaban atacadas no sólo por enfermedades sino por demonios y que ellos no se sentían preparados para hacer liberación. A lo que nuestro obispo respondió: “Pues si no se sienten preparados, prepárense y no dejen de orar por liberación”. Nos comentaba que los enfrentamientos con el diablo son inevitables pues el anda ‘como león hambriento en busca de los no preparados’. Nos dio dos enseñanzas muy básicas para enfrentar a los espíritus malos: a) Con los espíritus no se habla, se les echa fuera. (si nos ponemos a escucharles nos engañarán). b) Aunque los demonios intenten asustarlos no les tengan miedo. (son como perros bullosos pero que huelen el miedo y muerden sólo al que se deja morder).
4. No ser susceptibles al rechazo:
En la homilía nuestro obispo nos decía que este ‘manera de vivir la fe’ podría engendrar rechazo en algunos ambientes de la Iglesia, pero que no nos detuviéramos por ello. Que en caso de que se nos cerrara una puerta que entonces buscásemos por otra parte la puerta abierta. Nos animó a la humildad de tener un tesoro que compartir: ‘El Poder Sanador y liberador del Señor’ para sanar a las ovejas heridas pero sabiéndonos simples siervos de Dios. Nos recordaba como Jesús fue rechazado por los ‘suyos’ y cómo S.Pablo también pero por esto ninguno de ellos dejó de cumplir con Su misión. Nos dijo: “Jamás dejen de hacer lo que les toca. Ni por pena, ni verguenza, ni por miedo. No echen para atrás ni para coger impulso”.
Curiosamente me comentaba mientras tuvimos la comida final del fin de semana que durante nuestro retiro se nos presentó orar por dos personas enfermas que se acercaban a pedir oración. Estábamos en una casa de retiro grande donde habían personas de otros ambientes de la Iglesia que al enterarse de que estábamos ahí se acercaban a pedir oración. Mi obispo me decía que esto era una confirmación de que a esto estamos llamados: “A orar por los que sufren de dolencias de todo tipo”.
También nuestro obispo nos pidió escribir un libro comunitario relatando los testimonios que hemos visto cuando oramos por los que sufren. Inclusive nos dio el título del libro. ¿Te gustaría leer un libro como este?