¿Es necesario un don especial para orar por enfermos?
En este video hablamos sobre si todos podemos orar por los que sufren o es necesario recibir de Dios un don especial para hacerlo.
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¿Te haz dado cuenta que el querer activa la fe? Cuando una persona no quiere recibir de Dios no podemos obligarla. Dios tiene una hora de salvación para cada persona.
Hace aproximadamente 3 años mientras estaba en un retiro para una comunidad de Denver, Colorado una madre nos trajo a su hijo para que habláramos y oráramos con él…PERO el no quería. (Esto es típico de algunas madres, quieren que ‘el predicador’ haga algo como ‘por arte de magia’ pero la fe no funciona así.)
Jesús nunca sanó a nadie que no quiso ser sanado. De querer ser sanado o querer ser tocado por Jesús, a ser tocado por Jesús sólo hay un paso en fe de acercarse a Jesús con corazón abierto.
En este mes estuve de nuevo en Colorado (si no lo haz leído y quieres, puedes leer el testimonio de lo que ocurrió en el avión, clickeando aquí.) En esta ocasión se nos acercó la misma señora de hace unos años con su hijo pero la diferencia es que en esta ocasión, el sí quería hablar y que orásemos por él.
Fuimos a un lugar privado y nos sentamos a hablar con el muchacho. “¿Por qué quieres que oremos por ti? ¿En qué podemos ayudarte?” El responde: “No sé que hacer con mi vida”. Nos dice unas cuantas cosas más pero en definitiva se sentía vacío, sin propósito y con un futuro bien nublado. También nos dijo que sufría de gastritis y que en esa misma semana tuvieron que llevarlo al hospital por un gran dolor en el estómago. Le preguntamos que cuanto le dolía en ese momento y nos dijo que en una escala del uno al diez, le dolía como un cinco.
Irwin, mi amigo que me acompañaba y yo, pusimos nuestras manos en su hombro y comenzamos a orar. Inmediatamente tuve una visión de ojos abiertos: Le vi dibujando. Esta es una persona que no conocía. No sé más que lo que me cuenta en la breve entrevista antes de orar por él. Le pregunto: “¿Te gusta dibujar?” El se sonríe, abre sus ojos sorprendido y me dice: “Me gusta mucho dibujar”. Entonces siento que Dios me dice: “Su propósito en la vida es dibujar. Yo lo hice para dibujar. El se alegra al dibujar pues yo también”. Le dije lo que sentía de parte de Dios y que sentía que cuando el dibuja, Dios se pone a su lado y le bendice, por ello siente tanta satisfacción al hacerlo.
En este momento no podía parar de reír. La alegría que sentía de que Dios no sólo estuviera de acuerdo con su más grande pasión, sino el descubrir que estaba hecho para eso, le llenaba la boca de risa. También sentí y le dije que en un futuro no muy lejano sus ingresos económicos vendrían de sus dibujos y que no necesariamente estos dibujos tenían que ser sobre Jesús.
Irwin le pregunta: “¿Haz dejado de dibujar?” Otra vez se sorprende y dice: “Sí, lo dejé”. Irwin le pregunta: “¿Y por qué?”. El dice: “Es que yo encontré muchos obstáculos y me desanimé”. Irwin le dice: “Ahora con Dios de tu lado, aunque vengan problemas nada te detendrá”. Aquí me vino la imagen de el muchacho jugando video-juego en su casa y le pregunto que si esto significa algo para él.
En muchas ocasiones el enemigo quiere apartarnos del propósito que Dios nos puso en el corazón al crearnos, con esto logra que andemos tristes y sin sentido de vida abundante (si quieres lee Jn 10,10 Jesús nos habla sobre esto).
Me dice que es un juego muy raro que el jugaba pero que ya lo había dejado. Le decimos que el enemigo lo quiere distraído e infeliz, si se refugia en este juego se aleja de su propósito y se llena de infelicidad. El asiente, se da cuenta que está más feliz cuando dibuja.
En este momento le preguntamos cómo está el dolor de su estómago. Y él dice que le había disminuido de cinco a dos. Entonces oramos de nuevo por su estomago, le ordenamos a la gastritis irse en el Nombre de Jesús. Al instante el dolor se va. Ahora sólo tiene que chequear con el doctor a ver si la gastritis se fue junto con el dolor.
Me sorprendió este tiempo de oración con este muchacho. Lo que hizo la diferencia fue que: el estaba totalmente abierto para que Dios actuara en su vida. Lo he dicho otras veces en la Iglesia he encontrado creyentes sin fe y fuera de ella he encontrado no creyentes con mucha fe. Este muchacho es ejemplo de eso. No es de las personas que va a grupos de oración y acompañaba a su madre a regañadientes, hasta esta vez. Fue abierto, con la apertura de la fe y Dios actuó y le bendijo.
Algunas preguntas para reflexionar (por favor deja tu respuesta más abajo en comentarios):
Si quieres compartir este artículo con algún amigo o familiar tienes toda la libertad de hacerlo.
¿Sabías que Dios también sana en los aviones? Te cuento. La semana pasada estuve viajando hacia los Estados Unidos. Andaba junto a mi amigo Irwin Féliz. Teníamos que hacer varias escalas hasta nuestro destino final. En nuestro primer vuelo a mi me tocó sentarme en el asiento del pasillo, a Irwin en el centro, y en la ventana una señora que jamás habíamos conocido. PERO Dios sí la conoce y nos sentó en la misma fila de asientos con un plan de Amor.
Irwin y yo estábamos hablando de todo un poco. De nuestras esposas, nuestros hijos, etc…la señora miraba por la ventana. DE REPENTE me viene la idea firme de que debíamos orar por ella. Se lo comento a Irwin y sin pensarlo mucho. (A veces pensar mucho las cosas nos detiene la obediencia a los deseos del Espíritu Santo). Le pregunto a la Señora su nombre. Nos dice que se llama Clara. Yo le digo que somos misioneros y sentimos que debemos orar por ella. Irwin le pregunta ¿Por qué quiere que oremos?
Ella dice: “Yo tengo un problema en la cervical, tengo que operarme, pero los médicos no se deciden porque la vértebra está apretando unos nervios”. Irwin que está justo a su lado le dice: “Podemos quedarnos con los ojos abiertos y tranquilos nadie tiene por qué darse cuenta que estamos orando”. (Esto lo decimos siempre que estamos en sitios donde comúnmente no se ora, centros comerciales, estacionamientos, aviones. Lo aclaramos para que la gente no se asuste). Ella accede y comenzamos a orar, sin tocarla siquiera. “Gracias Señor por Clara. Gracias por que tu Reino está aquí”. Mientras estábamos orando, el Señor me hace sentir una palabra de conocimiento “ella vive en Italia”. Interrumpo y le pregunto “¿Usted vive en República Dominicana o vive en Italia?” (El avión en que estábamos salía de Santo Domingo hacia Miami, donde era nuestra primera escala…no había ningún indicio de que ella iba a Italia, además de que Clara es una señora muy dominicana en su forma de hablar, de vestir, de gesticular). Ella abre sus ojos sorprendida y con cara de ‘cómo-usted-sabe’ dice “vivo en Italia”.
De repente sucede lo que llamamos ‘el efecto Kleenex’, luego de una palabra de conocimiento vienen otras más a complementar la primera. Así como las cajas de Kleenex que sacas uno y detrás viene el otro. “Veo una imagen de que ella tiene problemas con uno de sus hijo”…pero hemos aprendido a no ‘escupirle profecías en la cara a la gente’. Le pregunto “¿Usted tiene hijos?” Ella responde: “Tengo 5 hijos”. Seguimos orando “Señor…bendice a Clara a su familia, a sus hijos”.
Irwin le dice al oído algo que el Señor le estaba revelando sobre el problema con su hijo y ella primero se sonrie, luego, ya no aguantando más las lágrimas se echa a llorar. Dios está tocando fibras profundas de su corazón, le está mostrando Su misericordia y cuán pendiente está de sus problemas.
Irwin da un paso más atrevido y ahora es el momento para pedirle permiso para tocar su espalda y ser canales de sanación para su problema cervical. Irwin le pregunta y ella accede. Antes de continuar orando Irwin le hace otra pregunta: “¿En este momento tiene dolor?”. Ella responde que no, pero que en ocasiones le duele tanto que no puede ni mover el cuello. Yo me quedo en mi asiento. Ella se echa un poco hacia adelante, Irwin le toca la espalda y yo digo: “En el Nombre del Señor Jesús le ordenamos a la vértebra cervical moverse y a los nervios restaurarse”. Irwin le pregunta: “¿Siente algo?” y ella dice que cuando dí la orden de fe a su cuerpo sintió como un jalón dentro de su vértebra. Le explicamos que esto podía ser un signo de la sanación que Dios estaba haciendo, pero que ella tenía que confirmarlo con el médico. Ella dice: “Dios sabe cuanto necesito ser sanada de este problema”.
En ese momento Dios pone estas palabras en mi corazón para ella: “Clara, el perdón de Dios es muy amplio y real. Dios te ama y sabes que Él nunca te ha abandonado, en momentos haz sentido como te ha salvado de cosas graves, te ha sacado de debajo del camión y a pesar de las vueltas que haz dado en la vida Él sabe que en el fondo de tu corazón siempre haz querido serle fiel. Ahora notarás cuán cerca está de ti. En estas semanas notarás la poderosa mano de Dios, Su bendición y Su Amor”. Los tres para este momento teníamos los ojos llenos de lágrimas y el corazón hinchado por el Amor de Dios inundando el avión. En ese momento los tres hicimos silencio. Un silencio para ‘chupar’ la Presencia de Dios allí. Clara nos dio las gracias. Se puso unos lentes oscuros, no podíamos evitar el ver que de vez en cuando se limpiaba las lágrimas, ella en silencio seguía recibiendo de Dios.
Le doy gracias al Señor por la oportunidad que nos dio a Irwin y a mi de comprobar que el Reino de Dios también está en los aviones. De que su Poder no tiene límites. Gracias a Dios que Él conoce todo de nosotros y aún así nos ama. Nada le detiene. No hay límites para Su Amor y además el quiere sanar hasta en los aviones. Es más el quiere sanar en nuestros lugares de trabajo, lugares de estudio, familias. Hay que estar atentos a los deseos del Espíritu Santo para no perder oportunidades como esta y ver al Reino de Dios actuando.
Algunos pensarán al leer esto: “Cuanto me gustaría sentarme en un avión al lado de personas que escuchen a Dios para que oren por mí y me bendigan en Su Nombre”…PERO también podrías verlo desde otra perspectiva, la perspectiva de Dios que te dice: “Te voy a sentar allí para que seas una bendición para el que esté cerca tuyo…ve en mi Nombre”.
¡Ánimo! Dios te ha puesto allí para que lo representes…en ese trabajo, en esa familia, en esa escuela, en esa vida que tienes…Ve en Su Nombre.
¿Alguna vez haz sentido acercarte a orar por alguien en un lugar público fuera del contexto de la Iglesia? ¿Qué haz hecho? Deja tus comentarios más abajo y si quieres comparte este testimonio con tus familiares y/o amigos.
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El profeta Jeremías vivió en una época difícil, pero su esperanza estaba puesta en las Palabras que venían de Dios. El Señor le hablaba a este joven a través de sentimientos en el corazón y de visiones o imágenes mentales.
A continuación te comparto tres ideas para prepararte para el futuro que Dios a guardado como un tesoro para ti.
1. Creer lo mejor para el futuro.
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo el Señor lo afirmo.” (Jer 29,11). Creer, imaginar, ver ‘desde lejos’ lo que Dios afirma es el principio básico para tener lo que Dios quiere para nosotros. Cuando desconfiamos de lo que Dios dice estamos con el GPS apagado. Sin fe jamás encontraremos lo que Dios nos guarda. Dile a Dios que te dé una visión de tu futuro y comprométete con lo que ves.
2. Hablar bien de tu futuro.
“No digas que eres muy joven. Tu irás donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra”. (Jer 1,7) No tener miedo es un mandamiento. Desobedecerlo es peligroso. Dios nos dice a todos, en la persona de Jeremías que no debemos enfocarnos en lo que carecemos, sino en lo que sí tenemos. Dios está con nosotros. Está cerca para protegernos. Tenemos la Presencia de Dios, lo que no tenemos no importa. Esto es bueno no sólo pensarlo, sino decirlo con nuestros labios. Decir sus Palabras tiene un efecto transformador en nosotros y en el ambiente que vivimos.
3. Comprometerte con tu futuro.
En la Palabra de Dios el concepto de sembrar es una constante bíblica. Todo sembrador confía que lo que siembra dará fruto. Un sembrador sin fe, nunca sembraría. Se quedaría sentado en su casa, lamentándose y ‘cocinando’ miedos, justificando el por qué no sale a sembrar. Te repito: pídele a Dios ‘Visión de futuro’, háblalo con tus amigos(as) y ponte en eso. Siembra. ¿Qué vas a sembrar? Acciones. Pasos en fe. Actos de fe. Después de una visión viene la acción. Da pasos hacia lo que ves de Dios para ti. Siembra y cosecharás. No importa cuán pequeños aparenten ser tus pasos. Da el paso y déjale el desenlace a Dios.
Mi deseo es que ‘veas en Su Presencia’ lo que Dios guarda para ti. Dios no esconde Su Plan y Propósito de ti, lo esconde para ti. Lo esconde pues es algo privado, único, tuyo. Búscalo y lo encontrarás. Pídelo y lo recibirás. Tócalo con las manos de tu fe. ¿Cuál de los 3 puntos anteriores es el que más necesitas aplicar en tu vida? ¿Sabías que Dios tiene un propósito maravilloso con tu vida? Deja tu comentario.