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Viajando con mi obispo

Viajando con mi obispo

Este fin de semana pasado estuve en la ciudad de Nueva York en el 1er Congreso Carismático Católico Hispano de esta gran ciudad (y andaba con mi obispo). Fue un fin de semana poderoso entre prédicas, talleres, risas, momentos de oración, lágrimas, sanación, liberación, etc…

Es una real bendición tener un obispo con corazón de pastor. En un momento dijo: “Mi carisma es confirmar la fe que tienes y lo que haces”. Al decirlo me vino una lluvia de recuerdos de conversaciones que hemos tenido y como me ha corregido, consolado y animado por años. Poder presentarle a amigos y amigas que tengo en NY y que ellos percibieran de primera mano a este pastor y a la vez que él pudiera conocer a personas tan maravillosas fue un honor. Y sobre todo ver al Señor actuar con Poder en medio nuestro.

“La enfermedad no es de Dios. En cierta forma detrás de cada enfermedad está el diablo”. Dijo Monseñor De La Rosa en una de sus prédicas. Definitivamente es una confirmación a mi fe y a lo que he estado predicando por años. Escuchar a mi obispo decirlo frente a cientos de personas es potente, confirmador, emocionante. En un momento alguien se nos acerca y nos pide oración y el me mira diciéndome: “Tu dirige la oración”. Mientras los dos imponíamos las manos sobre la persona. Ahí caí en la cuenta que después de años conociéndonos fue la primera vez que mi obispo y yo oramos cara a cara por alguien. Ya lo habíamos hecho desde alguna tarima y junto a otras personas pero nunca así como en este fin de semana.

Tuvimos un momento de oración por el Bautismo en el Espíritu luego de una de sus prédicas sobre lo que es la Renovación Carismática. La oración la dirigíamos el Padre Eduardo y yo. De repente se nos acerca Monseñor y toma el micrófono para motivar a los presentes que no habían recibido el carisma de orar en lenguas a que se atrevieran a pedirlo en ese momento, diciéndonos que este es uno de los tantos signos que indican que una persona ha sido bautizada por el Espíritu. Pero verlo a él hacerlo y animarnos a orar en lenguas fue una bendición.

Todos los días hacíamos desde la tarima oración de sanación. Una de sus más grandes preocupaciones o más bien ocupaciones es que ante tanta gente con grandes necesidades puedan experimentar el Gran Poder de Amor que tiene Jesús para sanar al que sufre. En uno de estos momentos de oración habíamos 5 personas dirigiendo la oración y el detrás animándonos. Entre ellos el Padre Joseph Espaillat (Director Hispano de la Renovación Carismática en NYC).

Nos hicieron la cortesía de hospedarnos en un hotel, todas las mañanas Monseñor y yo nos juntábamos en el pequeño restaurante del hotel para desayunar. Uno de esos días una de las personas que nos servía el desayuno me pregunta frente a él: “¿Es tu papá?” Yo lo miro, me sonrio y le digo: “Es como si lo fuera. Es mi obispo”. Inmediatamente dijo: “¡Bendígame por favor!” Y allí en medio de todos oró por ella. En fin, estoy como niño después de volver de viaje con una de las personas más importantes en su vida. Una bendición para mi el haber estado con él.

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Discernir la corrección

Discernir la corrección

En estos días estoy hablando más de lo común con mi obispo. Aunque hablamos regularmente, el próximo fin de semana viajaremos juntos a predicar y esto ha hecho que nos comuniquemos con más frecuencia para coordinar detalles. Hoy entre otras cosas le comentaba que anoche estuve predicando en mi comunidad de la oposición que hay entre la fe y el miedo.

Mucha gente no sabe que lo contrario a la fe no es la duda, sino el miedo. El miedo es fe en el reino contrario. La fe es creerle al Rey Jesús. Al final de la prédica muchos hermanos de mi comunidad me agradecian pues oramos para que el Señor nos sanara de falsos miedos que a veces abundan de por ejemplo: imponer las manos sobre los enfermos, de compartir palabras de conocimiento o una profecía, etc… me impactó mucho que una de las agradecidas me comentaba cómo en una ocasión le corrigieron tan fuertemente por un error de principiantes que le hirió a no atreverse más a abrirse a los carismas y orar por los demás.

Yo agradezco tanto a Dios que me permitió crecer entre ‘ancianos en la fe’ que me permitieron fallar, crearon para mi un ambiente de fe en Dios en el cual si yo fallaba no me hacían un escándalo por ello. Me corregían con cariño y en privado. Cuando le comenté esto a mi obispo el me decía algo que nunca había escuchado y por ello le puse este título a este artículo, me decía que hay que antes de corregir hay que ‘discernir la corrección’.

Me comentaba mi pastor que hay signos bien claros de una mala corrección cuando esta en vez de rectificar y ayudar, lo que hace es acusar y llenar de miedo a quien la recibe. Una buena corrección te anima a seguir abriéndote al Señor y a dar pasos en fe sin miedo. Otro signo de una mala corrección es que ciertos servidores sólo se acercan puntualizar lo malo y nunca señalan lo bueno. Es decir, nunca reconocen cuando el otro hace algo bien, aunque el bien sea para la Gloria de Dios, se puede reconocer a quien lo hizo bien.

Quise compartir con ustedes este breve escrito para los que servimos dirigiendo analicemos cómo corregimos y para que los que hemos sido en algún momento bien corregidos agradezcamos a Dios poner cerca nuestro a personas de Dios. También oro por los heridos después de malas correcciones para que Dios te llene de Su amor y te atrevas en Su Nombre a seguir fallando pues es la única manera en se ‘aprende a caminar sobre el agua’. Lánzate y Él te salvará.

Deja tu comentario y si quieres compartir esto con tus amigos o comunidad, hazlo. 

Manifestaciones en medio de la oración

Manifestaciones en medio de la oración

¿Alguna vez has visto a alguien moviéndose mientras se está orando? ó ¿Temblando? ¿Sudando? A esto en el ministerio le llamamos ‘manifestaciones en la oración’. Hablemos un poco de esto en este artículo.

Este miércoles en la noche un querido amigo mío me dice: Oye Miguel ¿Qué crees de una persona que siempre que estamos orando le tiembla una de sus manos? ¿Es eso algo demoníaco? A lo que le respondí con un rotundo NO. Obviamente siempre hay que discernir, pero no siempre una manifestación o algo fuera de lo común o que parezca fuera de contexto es causado por un demonio.

Esto lo comparo con que hay distintos voltajes y amperajes en la electricidad. Hace poco un hermano de comunidad me regaló un router para internet y cuando lo conecté no encendía. Por error mi amigo me lo había entregado con el adaptador equivocado, pero yo creía que estaba dañado o el router o el adaptador. Fui a una de estas tiendas especialistas en estos temas y al probar el router todo estaba bien, pero me dijeron que el adaptador para la corriente eléctrica era del voltaje correcto pero de menos amperaje y por ello nunca iba a funcionar bien. Necesitaba comprar un adaptador de mayor amperaje eléctrico para que recibiese la electricidad necesaria y funcionaría así a la perfección. Así lo hice y todo está bien.

Del mismo modo entiendo que ocurre con el Poder de Dios y nosotros. Su “voltaje” o “amperaje” por llamarle así es en ocasiones mayor a lo que la persona ‘corporalmente’ puede recibir. Ocurre lo contrario que con el router y el cable adaptador que yo tenía. En el caso anterior recibía menos pero en la oración muchas veces recibimos de más y entonces ocurren muchas más veces de lo que pensamos las manifestaciones que a veces se confunden con acciones demoníacas. No siempre es así.

Además hay que reconocer que no todos somos del mismo amperaje. Es decir tu y yo tenemos, por decirlo así, amperajes distintos. Así como un celular y una computadora tienen amperajes distintos. Si conectamos el celular con el cable de la computadora puede que el celular ‘manifieste’ de alguna manera que está recibiendo más ‘poder eléctrico’ del que es capaz de aceptar sin manifestarse. En fin, a lo que voy es que, en muchas ocasiones cuando alguien suda, tiembla o cae, en un momento de oración puede ser porque está recibiendo más de lo que su cuerpo en ese momento puede captar.

Aquí quiero poner algunas de las manifestaciones que pueden ocurrir en un momento de oración:

– Caer o lo que algunos llaman ‘descanso en el Espíritu’.
– Sudar, aunque el ambiente climático puede estar bien frío.
– Temblor en alguna parte del cuerpo, como en las manos o pies o cuerpo entero.
– Ruborización o enrojecimiento, algunas personas de tez bien blanca les puede ocurrir esto.
– Llanto, lágrimas o gemidos.

Este listado anterior no es cerrado. No quiere decir que son las únicas manifestaciones. Son las más comunes, pero esto depende mucho del ambiente espiritual en el que estén sumergidas las personas. Tampoco quiero que se mal entienda que cuando esto ocurre es siempre producto de que Dios está actuando en alguien. Como decía antes siempre la comunidad debe discernir qué es lo que Dios está haciendo y que es lo que no está haciendo.No siempre es Dios, pero tampoco siempre es el diablo. Es más algunas personas hasta imitan lo que han experimentado en otro momento o lo que han visto en otros. En un caso así, cuando alguien está imitando la manifestación de otra persona o de otro momento, no está sucediendo ni una manifestación de Dios ni de un demonio, sino un deseo puramente carnal de llamar la atención.

También es bueno aclarar que para que Dios se manifieste no es necesario, ni temblar ni caer, ni nada por el estilo. La actitud debe ser ni cerrarse ni alarmarse ni adelantarse a Dios. Sólo seguirle. Hay personas que su amperaje o voltaje es tan amplio que ni cae, ni tiembla ni nada.

Espero este breve artículo te sirva para estar más atento a lo que Dios puede hacer, ya sea en una asamblea de oración o cuando estamos orando sobre alguien. Oro para que tu intimidad con Dios crezca de tal forma que cuando veas algo fuera de lo común puedas notar cuando es Suyo o no. Un abrazo y comparte este escrito con todas las personas que entiendas le puede servir. Además si quieres puedes dejar aquí tu comentario.

Me cortaron una oreja

Me cortaron una oreja

Imagínate cuando Malco llega a su casa. Sangre en su cara y en su ropa. Impresionado por lo ocurrido. La Palabra de Dios nos relata como Pedro le hirió. Jesús reprende a Pedro, le ordena guardar la espada y le reconstruye milagrosamente la oreja al herido (Jn 18,10-11).

Malco representaba a las personas que rechazaban a Jesús. Aparentemente ‘era del equipo contrario’. Aquí vemos como Jesús trató y sigue tratando a las personas que nosotros vemos como del ‘equipo contrario’. Jesús lo sanó.

Al llegar a su casa, su familia debió alarmarse. “¿Qué pasó?”. “Me cortaron una oreja”. Curiosamente la tenía. Nadie entendía nada. “¡Explícanos!”. Contó como iba con los demás de ‘su equipo’ y se acercaron a Jesús y sus seguidores. Uno de ellos estaba armado con una espada y le cortó. Me imagino que dijo: “Gracias a Dios no sabía usarla, porque me habría cortado la cabeza en vez de la oreja”.

Entonces vino Jesús. Malco nunca lo había visto tan de cerca. Cara a Cara. Dijo: “Me sanó la oreja. No puedo explicar cómo, pero lo hizo. Me di cuenta que Jesús es muy distinto a sus seguidores”.

La Palabra de Dios, una espada que sana

El objetivo de la Palabra de Dios es salvar. No condenar (Jn 3,17). Sanar, no herir. S. Pablo nos dice que la Palabra de Dios es una espada (Ef 6,17) Pero no para luchar contra personas de carne y hueso, sino para combatir contra ‘malignas fuerzas espirituales’. La Espada de la Palabra de Dios no es para cortar orejas. Debemos cuidarnos de dar el uso contrario a lo que Dios nos da.

No sabemos cual espada Pablo tenía en mente cuando escribió esto. Los soldados tenían dos espadas. Una larga y otra corta para luchar de cerca. Pero la espada corta también tenia una función sanadora, pues era la espada usada para sacar los dardos que se les podían pegar en la lucha. Si un soldado era herido, tomaba su espada corta y el mismo se sacaba el dardo que el enemigo le había clavado.

De la misma forma, el Espíritu Santo nos da estas espadas cortas, para que la apliquemos en las áreas de nuestra vida en la que el enemigo nos ha pegado algún dardo. Esta espada es para sanarnos y para que podamos sanar a otros. No es para pelear contra ‘los del equipo contrario’ a menos que sean espíritus malos. Ninguna persona de ‘carne y hueso’ es nuestro enemigo. El diablo sí. ¡Cuidado con confundirnos! Malco aprendió que muchas veces los discípulos de Jesús nos confundimos.

El Antiguo Testamento ya pasó

El peligro que describe Juan 1,11: ser suyo y no recibirlo, se puede repetir si nos cerramos al Reino de Dios. Siendo miembros de la Iglesia y no recibir ni transferir su Misericordia hasta a los que piensen distinto a nosotros.

Per-versión es una mala versión de algo. La verdad tiene círculos concéntricos. Hay verdades más centrales que otras. Cuando ponemos primero lo que no es esencial, terminamos pervirtiendo la Palabra de Dios. Lo importante es la Misericordia. Todo lo demás es inferior.

En el Antiguo Testamento se nos muestra la fuerza del pecado, la enfermedad y la muerte, pero el Nuevo Testamento vence con la medicina del Amor y la Misericordia de Dios. El Reino de Dios ya está aquí. El Rey Jesús sigue vivo sanando y salvando a quien escuche y aplique su Palabra.

Dios habló, pero sigue hablando

Dios no habla una sola vez. El sigue hablando. No podemos vivir con el Maná de ayer, hay que seguirle de cerca, para que nos hable hoy. Si Abraham se hubiese quedado con la Palabra de ‘ayer’ sin escuchar lo que Dios le decía ‘hoy’ hubiese matado a su hijo Isaac (Gen 22,12). Es cierto que Abraham recibió la Palabra de Dios de sacrificar a su hijo, pero en el tope del monte le volvió a hablar y le dijo que ya no. Si no escucha, hubiese terminado haciendo lo contrario a la voluntad de Dios. Dios proveyó en el Nuevo Testamento a otro Hijo para el sacrificio.

Así también Dios le dijo a Elías que le alimentaría a través de cuervos junto al arroyo (1 Re 17). Pero luego la provisión de Dios cambió de cuervos a un viuda pobre. Los cuervos dejaron de llevarle comida y el arroyo se secó. Dios le habló de nuevo para que buscara a una viuda. Si Elías se hubiese negado a la Buena Noticia de apartarse de lo que Dios había dicho antes hubiese muerto. Se levantó, se movió, buscó y recibió alimento mientras servía a una viuda que aparentemente no tenía nada que darle.

Para reflexionar: ¿Quieres ser Abraham con el ‘cuchillo’ en mano? ¿O quieres ser Abraham abrazando al hijo? ¿Te vas a quedar en la Antigua Alianza enfocada en el pecado o en la Nueva Alianza centrada en la Misericordia? ¿Te sientes seco y sin alimento? ¿No será que debes moverte a buscar a aquellos que aparentemente no tienen nada que devolverte? Si te quedas ahí herirás a muchos Isaacs o te morirás sin alimento y sin agua viva. Siéntate a escuchar al Autor de la Biblia, no es sólo leerla, déjate amar y transformar por Él. Conocer y representar al Autor de la Biblia es más importante que conocer la Biblia.

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NOTA: Este artículo fue originalmente publicado en la Revista Rayo de Luz, ya que celebramos ahora en Septiembre el mes de la Biblia.

5 testimonios del Poder de Dios

5 testimonios del Poder de Dios

Un Dios maravilloso siempre hace maravillas. En este mes estuve viajando en la región de Chiapas, específicamente en Tapachula y en Tuxla. Podría aquí contarte lo que vi al Señor hacer mientras estuve por allá pero quiero hacer algo diferente y compartir lo que me han ido enviando de Tuxla después de que Irwin (quien me acompañaba) y yo nos regresamos a casa.

1er testimonio: ¡La infección de Maryam desapareció!

Decidimos salir de casa e ir al congreso. Llegando al congreso tomamos asiento y de repente dice Miguel Horacio: «hermanos pónganse de pie los que tienen alguna infección y en ese momento Mau abrazó a Maryam y la levantó y empezamos todos a orar, ordenando a la infección que salieran en el nombre del Señor Jesús. Después siguió con el tema.
Luego en la hora Santa el otro hermano dijo: «siento que el Señor está sanando de una infección y que a la persona que está sanando empezó a sudar y a sudar y por medio de ese sudor salió toda infección». Hermanos para la gloria de Dios por la mañana antes de irnos al congreso, estando en casa  con mi familia, Maryam empezó a sudar mucho. Y pues que les digo, en ese momento sabía, que era Maryam. Y lloré de alegría y alabamos al Señor con más intensidad.

2do testimonio: Sanación del cuello y llamado a ser canal de Amor

La verdad nosotros no pudimos ir al congreso porque pues tuve que trabajar y sólo pudimos ir el sábado en la noche… Y en mi experiencia personal, sentí que Dios tocó poco a poco los nervios de mi cuello,  y el dolor desde ese día hasta hoy a disminuido, y algo que sentí fue un llamamiento fuerte a confiar en el Señor Jesús y ha dejarme utilizar para que pueda ser medio de sanación, y hasta hoy siento ese ardor inexplicable de ese llamamiento.

3er testimonio: ¡Activa tu fe!

Desde el Jueves pasado en hora Santa Parroquial, el Señor ha pedido mayor docilidad y confianza en Él, de momento me sentí con mayor Paz, sin embargo, desde hace años he tenido mala calidad de sueño, y muchos dolores de cabeza, cuello, espalda alta, he recurrido a tomar analgésicos a veces suaves y otras un poco más potentes, para poder descansar del dolor y así dormir. Hace un par de meses se agudizaron mis dolores y mal sueño por mis preocupaciones laborales, los sin sabores de la convivencia con algunos hermanos, familia, etc.  Al grado de no dormir, o quizá 1 o 2 horas como máximo; cuando llegaba a conciliar el sueño, malos pensamientos, angustias temores me hacían perder la tranquilidad y por ende el sueño, orar con mamita María haciendo el Santo Rosario fue la Solución y el sábado en la noche el Señor me permitió escuchar de Miguel Horacio 2 cosas:

1.-  Cuando algún hermano cerca de ti es sanado, es tiempo de que actives tu fé.

2.- «Él Señor estaba obrando en una persona que tenía pesadillas y no podía dormir y recurría a medicamentos o iniciaría con medicamentos para descansar». Desde hace meses, estuve tentando a tomar nalbufina (medicamento de acción central para sedar).

Gracias a la Misericordia de nuestro Señor Jesus me he sentido mucho más descansado, aliviado de mis desvelos, con mayor animo para trabajar. Saben ni siquiera tuve presente que me sanara de esta dolencia en particular, solo me ocupe de alabarlo, de glorificarle, de reconocerle. Solo le dije en tus manos estoy y conmigo mis familias (Ziga Portillo, Ziga Magaña, Misioneros) y le di gracias por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará. ¡¡¡Gloria a Dios por su amor y misericordia!!!

4to testimonio: El Señor sana a la familia.

Soy el hermano leo y esta vez dije: «Voy a vivir el congreso por tantos problemas que como familia hemos pasado». Tiene algunos meses que teníamos problemas con mi hija, cosas muy fuertes. Entonces me dije voy a vivir mi congreso y así fue. En un momento de la oración cuando Miguel Horacio decía en Palabra de conocimiento: «Aquí  hay alguien con problemas familiares muy fuertes» y yo dije: «Señor, a mí me estás hablando», pero también Miguel Horacio decía: «como pasen los días tus problemas tendrán solución»,  y el Señor me está regalando lo que siempre quiero, ver mi familia unida, después de mucho tiempo. ¡Gracias Dios por tanto amor y gracias por tan hermoso evento.

5to testimonio: Recibe sanación al orar por un niño.

Quiero compartir con ustedes, que Dios es tan bueno y misericordioso. Yo estaba sufriendo de mucho dolor en mis senos, y parte de la axila. Estaba triste y preocupada. Ya era una molestia de todo el día y la noche. Pero el día del congreso quería vivirlo todo completo, pero eso no era posible y en la hora santa del sábado, pensé pedir por mí, pero justo pasó a mi lado un niño bien mal y me dolió verlo así, que le dije al Señor Jesús: «tu sabes que me duelen mis senos, pero no te pediré por mí, sino por este niño que está enfermo, sánalo». Y toda mi oración fue por ese niño. Hoy hace 8 días que no tengo dolor alguno. Estoy sorprendida y feliz de la obra de Dios en mi.  ¡Jesús me sanó! Y en las palabras de conocimiento dijeron que una mujer estaba siendo sanada de la axila izquierda y esa parte me dolía. ¡¡¡GLORIA A DIOS!!!!  Atentamente,  Mily Morales.

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