Los sirvientes que llenaron las tinajas en la boda de Caná no “sentían” el agua convertirse en vino, pero continuaron llenando hasta el tope cada tinaja.
Pedro, a pesar de lo que ‘sentía’ cuando Jesús le dijo: “Ven a mi”. Creyó y caminó sobre el agua. Es más se cayó cuando se enfocó en lo que sentía y se desenfocó de lo que creía.
Cuando Jesús le dio a los discípulos poder y autoridad para sanar y liberar, ellos no se paralizaron a explorar si sentían bonito en sus barrigas antes de salir y orar por personas endemoniadas y personas enfermas de todo tipo de enfermedades.
Lo hicieron. Lo hicieron por obediencia. Pero lo hicieron. Creyeron lo que Dios proponía. No esperaron sentirlo. Se arriesgaron. Creyeron.
Si hago lo que siento y no hago lo que creo entonces no soy un creyente sino un ‘sintiente’. Creo que me inventé esa palabra: ‘sintiente’. Si creyente es el que cree, sintiente es el que siente.
Sintiente es la persona que hace lo que siente. Los animales hacen todo lo que sienten y en ocasiones precisamente por eso hay que enjaularlos. Muchos viven enjaulados gracias a sus sentimientos. No ejercitan su fe, mas bien ejercitan lo que sienten.
Sienten miedo, no hacen nada y se sientan. Sienten odio y odian. Sienten vergüenza pues no mueven un dedo por lo avergonzados que están. Los sentimientos dominan a quienes se dejan dominar por ellos. La fe moldea lo que sentimos.
No quiero minimizar nuestros sentimientos. Dios también nos habla a través de ellos, pero todo sentimiento que nos impida seguir lo que Dios propone es un peligro, un obstáculo al plan de Dios.
¿Que hacer cuando lo que siento está en contra de lo que creo? Pues tragarme lo que siento y hacer lo que creo. Si siento odio, perdonar. Si siento miedo, me arriesgo a creer. En fin, la fe es una rebeldía en contra de todo lo que esclavice al ser humano. No te dejes enjaular, ni seas una jaula del Espíritu Santo, déjalo fluir libre.
¡Fluye libre Espíritu Santo! ¡Fluye libre!
¿Qué crees que tiene a tu comunidad paralizada? ¿lo que sienten o lo que creen? ¿Cuál crees que sea la solución? Deja tu comentario y si quieres comparte este artículo.
En este breve video hablamos sobre el deseo de Dios de que todo creyente ore por familiares y amigos más cercanos.
El Poder de Dios pasa a través de todos.
El profeta Jeremías vivió en una época difícil, pero su esperanza estaba puesta en las Palabras que venían de Dios. El Señor le hablaba a este joven a través de sentimientos en el corazón y de visiones o imágenes mentales.
A continuación te comparto tres ideas para prepararte para el futuro que Dios a guardado como un tesoro para ti.
1. Creer lo mejor para el futuro.
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo el Señor lo afirmo.” (Jer 29,11). Creer, imaginar, ver ‘desde lejos’ lo que Dios afirma es el principio básico para tener lo que Dios quiere para nosotros. Cuando desconfiamos de lo que Dios dice estamos con el GPS apagado. Sin fe jamás encontraremos lo que Dios nos guarda. Dile a Dios que te dé una visión de tu futuro y comprométete con lo que ves.
2. Hablar bien de tu futuro.
“No digas que eres muy joven. Tu irás donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene. No tengas miedo, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra”. (Jer 1,7) No tener miedo es un mandamiento. Desobedecerlo es peligroso. Dios nos dice a todos, en la persona de Jeremías que no debemos enfocarnos en lo que carecemos, sino en lo que sí tenemos. Dios está con nosotros. Está cerca para protegernos. Tenemos la Presencia de Dios, lo que no tenemos no importa. Esto es bueno no sólo pensarlo, sino decirlo con nuestros labios. Decir sus Palabras tiene un efecto transformador en nosotros y en el ambiente que vivimos.
3. Comprometerte con tu futuro.
En la Palabra de Dios el concepto de sembrar es una constante bíblica. Todo sembrador confía que lo que siembra dará fruto. Un sembrador sin fe, nunca sembraría. Se quedaría sentado en su casa, lamentándose y ‘cocinando’ miedos, justificando el por qué no sale a sembrar. Te repito: pídele a Dios ‘Visión de futuro’, háblalo con tus amigos(as) y ponte en eso. Siembra. ¿Qué vas a sembrar? Acciones. Pasos en fe. Actos de fe. Después de una visión viene la acción. Da pasos hacia lo que ves de Dios para ti. Siembra y cosecharás. No importa cuán pequeños aparenten ser tus pasos. Da el paso y déjale el desenlace a Dios.
Mi deseo es que ‘veas en Su Presencia’ lo que Dios guarda para ti. Dios no esconde Su Plan y Propósito de ti, lo esconde para ti. Lo esconde pues es algo privado, único, tuyo. Búscalo y lo encontrarás. Pídelo y lo recibirás. Tócalo con las manos de tu fe. ¿Cuál de los 3 puntos anteriores es el que más necesitas aplicar en tu vida? ¿Sabías que Dios tiene un propósito maravilloso con tu vida? Deja tu comentario.
«Cuando te enfocas en ser una bendición, la bendición de Dios se enfoca sobre ti»