por Miguel Horacio | Ago 8, 2017 | Oración, Poder de Dios
«Se nos está acabando el tiempo…mejor oramos por los enfermos ahora» me decía Leon Reyes (Coordinador Nacional de la RCCES de México) mientras junto a otras personas adorábamos al Señor desde la tarima junto a 25,000 jóvenes en este ENJES 2017 (Encuentro Nacional de Jóvenes en el Espíritu Santo). El tiempo se va rápido cuando lo estamos pasando bien. Teníamos casi dos horas alabando, cantando, adorando con todo nuestro ser al Señor nuestro Dios.
Al final de este momento de oración hicimos una pequeña encuesta, mientras comíamos unos tacos fuera del lugar del encuentro. Preguntamos a algunos jóvenes si les resultó largo el momento de oración. Nos sorprendió sus respuestas. «No fue largo», «Creo duramos como media hora», otra persona dijo «¿Dos horas? noooo», «me gustó mucho, no me lo encontré largo». Lo extraño es que en muchas comunidades los líderes o servidores dicen que «los jóvenes no saben orar y por eso hacen oraciones cortas». No será que los líderes no saben como liderearlos al Corazón de Dios, pues cuando estamos en el Corazón de Dios, el tiempo se nos va y ni cuenta nos damos.
Procedimos a orar por los enfermos y sucedió algo que me llamó mucho la atención. Años atrás, creo hace como 7 años, en un encuentro nacional parecido vimos por primera vez lo que llamo ‘un milagro creativo’. ¿Qué es un milagro creativo? Es cuando Dios, el Creador, crea o re-crea alguna parte del cuerpo humano que la persona a perdido por accidente y/o por enfermedad. En aquella ocasión vimos como una joven que había nacido con deformación en su cuerpo después de como 3 horas de oración se fue enderezando. En esas horas de oración tuvimos varios momentos o modalidades de oración: Adoramos juntos a Jesús, palabra de conocimiento, imposición de manos, órdenes de fe, etc…
Lo que me llamó la atención ahora fue que en esta ocasión bastó con adoración al Señor. Con sólo adorar juntos al Señor con todo nuestro ser, las personas comenzaron a sanar y lo que años atrás nos tomó horas, ahora Dios lo hizo en un minuto. Recuerdo como nos dio el Señor una palabra de conocimiento de «alguien con un problema en una de sus piernas» y luego «alguien tiene una pierna más corta que otra y Dios le está devolviendo su tamaño original». Cuando pedimos confirmación nadie dijo yo.
Al rato se nos acerca esta chica y nos dice que cuando niña por un accidente se le trabó la cadera y que tenía inmovilidad, cojeaba y una de sus piernas se veía más corta que la otra. No podía ni agacharse por sí sola. Al escuchar las palabras de conocimiento ella fue al baño para mirarse mejor. Vio, comprobó que todo estaba bien. Dios la había sanado milagrosamente.
Creo estamos en un nuevo tiempo, una nueva época en el Espíritu, lo que antes nos tomaba más esfuerzo, ahora será más rápido. Es como un tiempo acelerado en el Espíritu, PERO sólo los dispuestos agarrarán esta corriente de gracia. ¿Estás dispuesto(a)? Deja tu comentario aquí. Y si quieres compartir esto, envíalo a quien quieras.
por Miguel Horacio | Ago 29, 2016 | Poder de Dios, Reino de Dios
Un Dios maravilloso siempre hace maravillas. En este mes estuve viajando en la región de Chiapas, específicamente en Tapachula y en Tuxla. Podría aquí contarte lo que vi al Señor hacer mientras estuve por allá pero quiero hacer algo diferente y compartir lo que me han ido enviando de Tuxla después de que Irwin (quien me acompañaba) y yo nos regresamos a casa.
1er testimonio: ¡La infección de Maryam desapareció!
Decidimos salir de casa e ir al congreso. Llegando al congreso tomamos asiento y de repente dice Miguel Horacio: «hermanos pónganse de pie los que tienen alguna infección y en ese momento Mau abrazó a Maryam y la levantó y empezamos todos a orar, ordenando a la infección que salieran en el nombre del Señor Jesús. Después siguió con el tema.
Luego en la hora Santa el otro hermano dijo: «siento que el Señor está sanando de una infección y que a la persona que está sanando empezó a sudar y a sudar y por medio de ese sudor salió toda infección». Hermanos para la gloria de Dios por la mañana antes de irnos al congreso, estando en casa con mi familia, Maryam empezó a sudar mucho. Y pues que les digo, en ese momento sabía, que era Maryam. Y lloré de alegría y alabamos al Señor con más intensidad.
2do testimonio: Sanación del cuello y llamado a ser canal de Amor
La verdad nosotros no pudimos ir al congreso porque pues tuve que trabajar y sólo pudimos ir el sábado en la noche… Y en mi experiencia personal, sentí que Dios tocó poco a poco los nervios de mi cuello, y el dolor desde ese día hasta hoy a disminuido, y algo que sentí fue un llamamiento fuerte a confiar en el Señor Jesús y ha dejarme utilizar para que pueda ser medio de sanación, y hasta hoy siento ese ardor inexplicable de ese llamamiento.
3er testimonio: ¡Activa tu fe!
Desde el Jueves pasado en hora Santa Parroquial, el Señor ha pedido mayor docilidad y confianza en Él, de momento me sentí con mayor Paz, sin embargo, desde hace años he tenido mala calidad de sueño, y muchos dolores de cabeza, cuello, espalda alta, he recurrido a tomar analgésicos a veces suaves y otras un poco más potentes, para poder descansar del dolor y así dormir. Hace un par de meses se agudizaron mis dolores y mal sueño por mis preocupaciones laborales, los sin sabores de la convivencia con algunos hermanos, familia, etc. Al grado de no dormir, o quizá 1 o 2 horas como máximo; cuando llegaba a conciliar el sueño, malos pensamientos, angustias temores me hacían perder la tranquilidad y por ende el sueño, orar con mamita María haciendo el Santo Rosario fue la Solución y el sábado en la noche el Señor me permitió escuchar de Miguel Horacio 2 cosas:
1.- Cuando algún hermano cerca de ti es sanado, es tiempo de que actives tu fé.
2.- «Él Señor estaba obrando en una persona que tenía pesadillas y no podía dormir y recurría a medicamentos o iniciaría con medicamentos para descansar». Desde hace meses, estuve tentando a tomar nalbufina (medicamento de acción central para sedar).
Gracias a la Misericordia de nuestro Señor Jesus me he sentido mucho más descansado, aliviado de mis desvelos, con mayor animo para trabajar. Saben ni siquiera tuve presente que me sanara de esta dolencia en particular, solo me ocupe de alabarlo, de glorificarle, de reconocerle. Solo le dije en tus manos estoy y conmigo mis familias (Ziga Portillo, Ziga Magaña, Misioneros) y le di gracias por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará. ¡¡¡Gloria a Dios por su amor y misericordia!!!
4to testimonio: El Señor sana a la familia.
Soy el hermano leo y esta vez dije: «Voy a vivir el congreso por tantos problemas que como familia hemos pasado». Tiene algunos meses que teníamos problemas con mi hija, cosas muy fuertes. Entonces me dije voy a vivir mi congreso y así fue. En un momento de la oración cuando Miguel Horacio decía en Palabra de conocimiento: «Aquí hay alguien con problemas familiares muy fuertes» y yo dije: «Señor, a mí me estás hablando», pero también Miguel Horacio decía: «como pasen los días tus problemas tendrán solución», y el Señor me está regalando lo que siempre quiero, ver mi familia unida, después de mucho tiempo. ¡Gracias Dios por tanto amor y gracias por tan hermoso evento.
5to testimonio: Recibe sanación al orar por un niño.
Quiero compartir con ustedes, que Dios es tan bueno y misericordioso. Yo estaba sufriendo de mucho dolor en mis senos, y parte de la axila. Estaba triste y preocupada. Ya era una molestia de todo el día y la noche. Pero el día del congreso quería vivirlo todo completo, pero eso no era posible y en la hora santa del sábado, pensé pedir por mí, pero justo pasó a mi lado un niño bien mal y me dolió verlo así, que le dije al Señor Jesús: «tu sabes que me duelen mis senos, pero no te pediré por mí, sino por este niño que está enfermo, sánalo». Y toda mi oración fue por ese niño. Hoy hace 8 días que no tengo dolor alguno. Estoy sorprendida y feliz de la obra de Dios en mi. ¡Jesús me sanó! Y en las palabras de conocimiento dijeron que una mujer estaba siendo sanada de la axila izquierda y esa parte me dolía. ¡¡¡GLORIA A DIOS!!!! Atentamente, Mily Morales.
Por favor comparte este artículo para que le haga bien a muchos y deja tu comentario aquí abajo.
Si no te haz suscrito aquí hazlo ya, para que recibas todas mis publicaciones.
por Miguel Horacio | Jul 3, 2015 | Oración, Poder de Dios, Reino de Dios
Una de las intervenciones de Dios que más me impactó este fin de semana pasado fue lo que ocurrió en Don Adriano. Un hombre quien sufrió un accidente en su trabajo de construcción. (Estuve en Valle de Bravo, México. Invitado por el equipo de Renovación Carismática de aquella localidad) Don Adriano agarró, sin saber que la energía eléctrica estaba activada, un cable de alta tensión. Lo cual provocó que el recibiera una descarga de alto voltaje que le lanzó con fuerza al suelo, esto desde una altura de 6 metros. Cayó de espalda.
Ya te puedes imaginar. El nos contó que al abrir los ojos, después del desmayo al recibir un alto voltaje y una caída tan traumática, lo primero que dijo fue: “¡Gracias Señor! Estoy vivo”. Pero al inicio no sentía las piernas ni las manos. Vio un paramédico que le decía que no se moviera. Lo llevaron rápidamente al hospital en una ambulancia y los médicos hicieron muy buen trabajo. Como muestra de ello es que Don Adriano sigue vivo y caminando, pero con mucho dolor.
Esto ocurrió en Mayo de este año. Duró un mes en cama del hospital recuperándose y recibiendo terapia. Pero el nos contó que el dolor no se le quitaba. Tenía siempre dolor en su espalda y dolor en la mano con la que agarró el alambre de alta tensión (que dicho sea de paso, esa mano se le veía de color morado por la descarga eléctrica que recibió). No tuvo fracturas, sólo el daño causado por la descarga y el golpe. La secuela de esto era el dolor.
Cuando Carlos, mi amigo y hermano de comunidad, que me acompañaba y yo le entrevistamos para orar con él, le preguntamos del uno al diez ¿Cuánto le duele? Siendo diez mayor y uno menor. El nos respondió que le dolía un cinco. Le preguntamos si podíamos tocar su espalda para orar por él. Nos respondió positivamente.
Le tocamos y dimos lo que llamamos ‘órdenes de fe’. Una orden de fe es un mandato hecho en el Nombre de Jesús. No es una orden a Dios sino desde Dios.
Se pueden dar órdenes a los virus para que se vayan, al cáncer para que se anule o al dolor para que desaparezca. Esto último fue lo que hicimos: “En el Nombre de Jesús le ordenamos al dolor irse del cuerpo de Adriano. Le ordenamos a los músculos, nervios y huesos colaborar con el Espíritu Santo y restablecerse”. Luego de un minuto de oración le preguntamos a Adriano como se sentía. Nos respondió que el dolor había disminuido de un cinco a un uno. ¡Gloria a Dios! Esto era signo de que estaba funcionando.
Una orden de fe no es una orden a Dios, sino una orden desde el Poder de Dios.
Seguimos dándole ordenes al dolor, siempre en el Nombre Poderoso de Jesús. Esto un ratico más. “¿Ahora cómo se siente?” Le preguntamos. Nos dice que ya no tiene nada de dolor de espalda. Se le fue todo el dolor. Dijo: “Sólo me queda dolor en la mano”. Le dije déme su mano, póngala sobre la mía: “En el Nombre de Jesús le ordeno a esta mano obedecer al Poder de Dios en Adriano. Vete. Déjalo.” Adriano con cara de asombro nos dijo que ya no tenía dolor ni en su mano ni en su espalda.
Le dije: “En el Nombre de Jesús póngase de pie”. Se levantó sin dolor. Deberían ver la cara que yo vi en Adriano. Una mezcla de asombro, agradecimiento a Dios y esperanza. Inmediatamente, sin necesidad de que ningún animador de asamblea o ministerio de música le animara, levantó sus brazos y comenzó a alabar a Dios. Dándole gracias por que ahora estaba libre del dolor. El hijo de Adriano, quien le había ayudado a llegar hasta nosotros, por la dificultad de Adriano en caminar estaba allí, llorando pero de alegría. Viendo que Dios es más poderoso que el dolor y siendo testigo de como con simples ordenes de fe Dios actúa.
Luego nos trajeron otras personas para que oráramos por ellas, pero no pude dejar de ver, por la esquina de mi ojo, que Don Adriano fue a la capilla y se arrodilló el solo, sin ayuda, a seguir dando gracias a Dios. ¡La victoria sobre el dolor, el miedo y la enfermedad es de Nuestro Señor Jesús! ¡Amén!
¿Tu que opinas? Pon tu comentario acá abajo. ¿Por qué no das ordenes de fe a los virus, dolores o enfermedades que atacan a tu familia? ¿Qué esperas?
También, si quieres puedes compartir este testimonio con tus familiares y amigos, envíaselo. Verás el Poder que tiene compartir con otros las maravillas de Dios.
por Miguel Horacio | Sep 3, 2014 | Poder de Dios
El miedo es una de las armas más fuertes que tiene el diablo para frenar al creyente. Una comunidad con gente miedosa es un peligro, pues cultivar miedos abre la posibilidad de que esos miedos se hagan realidad (Job 3,25 dice: “Todos mis miedos se hicieron realidad”).
Acá te pongo 6 maneras de vencer al miedo:
1) Déjate amar por Dios. El amor y el miedo son contrarios. Si sientes que el miedo te arropa, generalmente es producto de una desconfianza en que Dios Padre está cerca cuidándote. Cuando alguien se siente amado(a) nadie le detiene. Experimentar a Dios es la clave principal. ¡Abre tu corazón! El está cerca.
2) Miedo es tener fe en el reino contrario. El Reino de Dios está aquí, para ello vino Jesús a inaugurar el Reino del Padre. Un Reino donde todo es posible para el que cree. No pongas tu atención en lo malo que ‘pudiese suceder’ confía en que el Rey está aquí y que con su Presencia todo va a mejorar. En pocas palabras activa tu fe en el Reino de Dios.
3) Enciende la luz. Si entras a una ‘casa del terror’ con las luces encendidas verás que todo lo que hay dentro es falso. Apariencia. El miedo se alimenta de las apariencias. La falta de claridad distorciona nuestra visión haciéndonos ver como real algo que con la luz encendida es un ‘muñeco mecánico’. Jesús dice: “Yo soy la Luz”. Enciende la Luz. Clama a Jesús. Ponlo en tu mente y corazón. Llámale con tus labios. Vive en Su amor y perdón y la oscuridad se irá.
4) Recuerda y no olvides. Olvidar a Dios es peligroso. Memoriza la Palabra de Dios y cuando te ataque el miedo, recuerda lo que Dios dice. Recuerda que Jesús nos dio Su vida, Su sangre, Su Espíritu Santo. Recuerda que tienes un ángel guardián. Si olvidas la verdad, te gana la mentira. Así que no olvides…recuerda.
5) Enfrenta tus miedos. Si te fijas la armadura que nos describe S. Pablo en Efesios 6 no tiene cobertura en la espalda. La armadura no cubre las espaldas, queriéndonos decir que si huyes mostrarás la única área desprotegida que tienes. El miedo seguirá siendo miedo sino lo enfrentas. Pero si lo enfrentas se convertirá en un testimonio que glorificará a Dios.
6) Reúnete. La armadura no tiene cobertura en la espalda pero tus amigos pueden cuidartela (poniéndose en tu espalda y usando su escudo para protegerte). No hay nada mejor que una poderosa reunión de oración para alejar al miedo. Reúnete con otros creyentes, énfocate en Dios, alabalo y adórale. El orar juntos hace que al miedo le de miedo. La alegría de estar juntos diluye altos niveles de miedo.
¿Sabías que a Job le pasó todo lo que le pasó por cultivar miedos? ¿Cuál de los 6 puntos anteriores desconocías? ¿Tienes alguna arma contra el miedo no mencionada y que quisieras compartir?