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Tenía los pies encorvados desde niña. A tal punto que escondía sus pies. Aunque le molestaban los zapatos nadie sabía de la deformación en sus dedos. En medio de la adoración Dios la sanó. Sus dedos ya no están encorvados. Jesús la sanó. 

Esto ocurrió en Monterrrey. Durante un momento de adoración dentro del Congreso Nacional de Ministerios de Música, Animadores de asamblea e intercesores. Dios nos regaló muchas bendiciones y entre ellas lo que al inicio de este artículo escribí sobre Margarita.

Ella se acercó a la tarima en la cual estábamos, se quitó sus zapatos y nos mostró sus pies ya curados por el Poder de Dios. Todo esto luego de una palabra de conocimiento que recibí y comuniqué ante todos. Después de unos minutos de espera Margarita se identificó entre los miles de presentes caminando hacia nosotros con sus ojos llenos de lágrimas de emoción y agradecimiento a Dios.

Es hermoso lo que sucede cuando adoramos a Dios. En Su Presencia lo imposible se hace posible. En su Presencia retornamos a la originalidad que Dios pensó para nuestra alma y cuerpo. Es la Presencia Restauradora de Dios. La Presencia de Dios sana y liberta. Cuando en privado, en asamblea o en una multitud adoramos al Señor y hacemos conciencia de Su Presencia, se activa la fe y fluye el Poder de Dios bendiciendo a los presentes.

«En su Presencia lo imposible se hace posible»

Imagínate el impacto emocional en ella cuando obedeció en fe la palabra de conocimiento que decía: «Aquí hay alguien con los pies encorvados desde temprana edad, no dejas que te vean los pies por vergüenza pero quítate los zapatos y mira que Dios te está sanando». Ella lo hizo y vio que era real. Muchas bendiciones se pierden por falta de obediencia en fe. Hay una conectividad entre la fe, la obediencia y las bendiciones de Dios.

Me imagino cuando Margarita llegó a su casa y mostró a sus cercanos lo sucedido. Su familia de seguro si sabía de su condición. Una sanación es un llamado a la fe tanto para quien ya conoce a Jesús como para quien no. Su familia debe haber recibido un aumento de fe en el Señor al ver Su Misericordia palpable en los pies de ella.

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