«Se nos está acabando el tiempo…mejor oramos por los enfermos ahora» me decía Leon Reyes (Coordinador Nacional de la RCCES de México) mientras junto a otras personas adorábamos al Señor desde la tarima junto a 25,000 jóvenes en este ENJES 2017 (Encuentro Nacional de Jóvenes en el Espíritu Santo). El tiempo se va rápido cuando lo estamos pasando bien. Teníamos casi dos horas alabando, cantando, adorando con todo nuestro ser al Señor nuestro Dios.
Al final de este momento de oración hicimos una pequeña encuesta, mientras comíamos unos tacos fuera del lugar del encuentro. Preguntamos a algunos jóvenes si les resultó largo el momento de oración. Nos sorprendió sus respuestas. «No fue largo», «Creo duramos como media hora», otra persona dijo «¿Dos horas? noooo», «me gustó mucho, no me lo encontré largo». Lo extraño es que en muchas comunidades los líderes o servidores dicen que «los jóvenes no saben orar y por eso hacen oraciones cortas». No será que los líderes no saben como liderearlos al Corazón de Dios, pues cuando estamos en el Corazón de Dios, el tiempo se nos va y ni cuenta nos damos.
Procedimos a orar por los enfermos y sucedió algo que me llamó mucho la atención. Años atrás, creo hace como 7 años, en un encuentro nacional parecido vimos por primera vez lo que llamo ‘un milagro creativo’. ¿Qué es un milagro creativo? Es cuando Dios, el Creador, crea o re-crea alguna parte del cuerpo humano que la persona a perdido por accidente y/o por enfermedad. En aquella ocasión vimos como una joven que había nacido con deformación en su cuerpo después de como 3 horas de oración se fue enderezando. En esas horas de oración tuvimos varios momentos o modalidades de oración: Adoramos juntos a Jesús, palabra de conocimiento, imposición de manos, órdenes de fe, etc…
Lo que me llamó la atención ahora fue que en esta ocasión bastó con adoración al Señor. Con sólo adorar juntos al Señor con todo nuestro ser, las personas comenzaron a sanar y lo que años atrás nos tomó horas, ahora Dios lo hizo en un minuto. Recuerdo como nos dio el Señor una palabra de conocimiento de «alguien con un problema en una de sus piernas» y luego «alguien tiene una pierna más corta que otra y Dios le está devolviendo su tamaño original». Cuando pedimos confirmación nadie dijo yo.
Al rato se nos acerca esta chica y nos dice que cuando niña por un accidente se le trabó la cadera y que tenía inmovilidad, cojeaba y una de sus piernas se veía más corta que la otra. No podía ni agacharse por sí sola. Al escuchar las palabras de conocimiento ella fue al baño para mirarse mejor. Vio, comprobó que todo estaba bien. Dios la había sanado milagrosamente.
Creo estamos en un nuevo tiempo, una nueva época en el Espíritu, lo que antes nos tomaba más esfuerzo, ahora será más rápido. Es como un tiempo acelerado en el Espíritu, PERO sólo los dispuestos agarrarán esta corriente de gracia. ¿Estás dispuesto(a)? Deja tu comentario aquí. Y si quieres compartir esto, envíalo a quien quieras.
Aparta esta fecha 8 al 12 de Noviembre 2017 nos reuniremos en la 1era Conferencia de Sanación que celebra la Comunidad Siervos de Cristo Vivo. Este año con el lema Irrefrenable Misericordia.
Durante estos días nos retiraremos en la Escuela de Evangelización Juan Pablo II de Santo Domingo, República Dominicana. (Lugar en el cual descansan los restos del P. Emiliano Tardif) con el propósito de profundizar en la Presencia de Dios y el Ministerio de Sanación Integral que nos ha concedido a Su Iglesia.
Estará con nosotros Mary Healy, doctora en teología y experta en el tema de sanación. También nos acompañará mi obispo Monseñor de la Rosa y Carpio, María Sangiovanni y otros hermanos de mi comunidad. Tendremos días no sólo llenos de prédicas, talleres, formación en el Espíritu sino de sintonizar con la Irrefrenable Misericordia de Dios.
El costo será de $275 dólares (esto incluye alimentación y hospedaje). Espero puedas acompañarnos.
Tenía los pies encorvados desde niña. A tal punto que escondía sus pies. Aunque le molestaban los zapatos nadie sabía de la deformación en sus dedos. En medio de la adoración Dios la sanó. Sus dedos ya no están encorvados. Jesús la sanó.
Esto ocurrió en Monterrrey. Durante un momento de adoración dentro del Congreso Nacional de Ministerios de Música, Animadores de asamblea e intercesores. Dios nos regaló muchas bendiciones y entre ellas lo que al inicio de este artículo escribí sobre Margarita.
Ella se acercó a la tarima en la cual estábamos, se quitó sus zapatos y nos mostró sus pies ya curados por el Poder de Dios. Todo esto luego de una palabra de conocimiento que recibí y comuniqué ante todos. Después de unos minutos de espera Margarita se identificó entre los miles de presentes caminando hacia nosotros con sus ojos llenos de lágrimas de emoción y agradecimiento a Dios.
Es hermoso lo que sucede cuando adoramos a Dios. En Su Presencia lo imposible se hace posible. En su Presencia retornamos a la originalidad que Dios pensó para nuestra alma y cuerpo. Es la Presencia Restauradora de Dios. La Presencia de Dios sana y liberta. Cuando en privado, en asamblea o en una multitud adoramos al Señor y hacemos conciencia de Su Presencia, se activa la fe y fluye el Poder de Dios bendiciendo a los presentes.
«En su Presencia lo imposible se hace posible»
Imagínate el impacto emocional en ella cuando obedeció en fe la palabra de conocimiento que decía: «Aquí hay alguien con los pies encorvados desde temprana edad, no dejas que te vean los pies por vergüenza pero quítate los zapatos y mira que Dios te está sanando». Ella lo hizo y vio que era real. Muchas bendiciones se pierden por falta de obediencia en fe. Hay una conectividad entre la fe, la obediencia y las bendiciones de Dios.
Me imagino cuando Margarita llegó a su casa y mostró a sus cercanos lo sucedido. Su familia de seguro si sabía de su condición. Una sanación es un llamado a la fe tanto para quien ya conoce a Jesús como para quien no. Su familia debe haber recibido un aumento de fe en el Señor al ver Su Misericordia palpable en los pies de ella.
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Las palabras de conocimiento, cuando son dichas con la intención de obedecer al Señor, aunque las digamos con detalles incorrectos, pueden bendecir y sanar. En ocasiones yo me limitaba y cuando percibía algo que no entendía o algo que yo no había experimentado, no lo decía. PERO gracias a Dios, he ido rindiendo el ‘querer entenderlo todo’, muero a mi y me llevo a obedecer al Señor. Cada vez me hace más sentido la frase que quien obedece al Señor Jesús no se equivoca.
Nota importante: Hace poco publiqué un testimonio sobre la bendita exactitud del carisma de Palabra de Conocimiento (si no lo leíste haz click aquí Las Pastillas Amarillas, en esta ocasión publico la bendita inexactitud de la Palabra de Conocimiento. Dios bendice nuestros riesgos. Escribo esto uno detrás del otro a propósito para que nos demos cuenta que Dios usa hasta nuestros fallos y no debemos paralizarnos por detalles).
Este fin de semana del 18 al 19 de marzo, estuve en El Paso, Tx. En un congreso de Evangelización, allí en su mayoría eran personas que no habían nunca participado de una actividad así (prédicas, oración, testimonios, etc.). Estuve con mi amigo Sergio Soto.
En un momento de oración sentí que allí presente había alguien con una ‘uña enterrada’ o ‘uña encarnada’ que le causaba mucho dolor al pisar y caminar. Al decirlo y pedir confirmación entre los presentes, nadie levanta la mano. (A veces me gustaría tener el don de tirar rayo laser por los dedos para tirarle a los que luego se acercan en los recesos a decir que no se atrevieron a identificarse cuando estuvimos buscando confirmación). Es broma lo del rayo laser 😉
Insistí un poco más, pero nadie decía: ‘soy yo’. Les decía que queríamos dar Gloria a Dios porque te había quitado ese dolor o malestar al pisar. Nadie decía nada. Esta fue la última palabra de conocimiento que dimos en ese momento de oración y todos estaban como a la expectativa, igualmente yo pues además era la primera vez que me venía una palabra de conocimiento de ese tipo.
Confieso que en un momento pensé que era una sanación sencilla o sin importancia. Que es más importante la sanación de un hueso o de cáncer. Aunque en fracciones de segundos me respondí a mi mismo. Quien soy yo para detener a un Dios tan grande que quiere sanar una uña. Además como a mi no me duele la uña al pisar, es muy fácil para mi concluir que entonces esto es una sanación sencilla. Si le hubiese dado importancia a ese razonamiento no digo la palabra de bendición para otro.
Al terminar cuando ya casi se iban a dar los avisos finales del día, mientras se cantaban una canción de alabanza, se me acerca una mujer con cara sorprendida y con los cordones de los zapatos desamarrados.
¿Es usted la de la uña? Ella me responde: «déjeme explicarle». «Yo no me identifiqué pues no tengo ninguna uña encarnada. Pero sí me pasa hace años que la uña del dedo pequeño de mi pie derecho (mientras hablaba se quitaba los zapatos y medias) me roza con el dedo de al lado y me creó un cayo redondo muy doloroso, pero mire ahora desapareció el cayo y no tengo nada de dolor.»
Me arrepentí de haber querido tirarle un rayo laser. Yo fui quien me equivoqué. No quiero justificar mi equivocación pero a veces es difícil comunicar lo que percibimos ‘en el Espíritu’, en ocasiones podemos fallar. Pero Dios aún así puede hacer su obra. Santa Teresa decía: Dios escribe derecho aún sobre líneas torcidas. Así es Su Poder.
Doy gracias a Dios que crecí y sigo creciendo en la fe al rededor de personas que me dan el permiso de fallar, sin que esto sea la gran cosa. Fallando es que se aprende. Nadie aprende a andar en bicicleta sin que se tenga algunas caídas en el proceso.
Muchas personas y/o comunidades no crecen en la Vida Carismática pues están sumidos en un ambiente de crítica, escrúpulos o competencia. Cuando se andan buscando las fallas en el ejercicio de los carismas más que enfocarnos en lo que Dios sí está haciendo se pone como un bloqueo a su acción. Del mismo modo cuando los ancianos en la fe, los expertos o líderes tienen un ojo crítico ante quien intenta dar una palabra de conocimiento o profecía y luego en vez de hablar con un tono de ayuda hacen sentir al que se lanzó en fe como un estúpido. Así también las competencias carismáticas, en ambientes donde no se honra la unción que tiene otro y se compite por ‘el lugar del más ungido’, así no se crece en el Poder Carismático del Espíritu Santo. Me admiro y honro como el Señor usa a mi amigo Sergio Soto. Me encanta escucharlo predicar. Muchas palabras de conocimiento que el da superan las mías y eso que el dice que ha aprendido de mi.
Antes de terminarse el evento tomamos el micrófono y esta persona mostró su pie y contó lo que Dios había hecho. Agradecía a Dios que le quitó tan gran molestia y dolor al caminar. Y yo agradezco a Dios que hasta a través de nuestros fallidos intentos el actúa con Su Amor y Poder.
Lancémonos en fe. No nos enfoquemos en fracasos carismáticos, ni en fallos en nuestros intentos de dejar que fluyan los carismas. Mejor enfoquemos más nuestra mirada en el Señor y ayudémonos el uno al otro. Y los que tenemos la etiqueta de expertos o líderes, por favor, seamos coaches o entrenadores cariñosos que animen a los que están aprendiendo a abrirse al fluir del Espíritu Santo.
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