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El miedo es una de las armas más fuertes que tiene el diablo para frenar al creyente. Una comunidad con gente miedosa es un peligro, pues cultivar miedos abre la posibilidad de que esos miedos se hagan realidad (Job 3,25 dice: “Todos mis miedos se hicieron realidad”).

Acá te pongo 6 maneras de vencer al miedo:

1) Déjate amar por Dios. El amor y el miedo son contrarios. Si sientes que el miedo te arropa, generalmente es producto de una desconfianza en que Dios Padre está cerca cuidándote. Cuando alguien se siente amado(a) nadie le detiene. Experimentar a Dios es la clave principal. ¡Abre tu corazón! El está cerca.

2) Miedo es tener fe en el reino contrario. El Reino de Dios está aquí, para ello vino Jesús a inaugurar el Reino del Padre. Un Reino donde todo es posible para el que cree. No pongas tu atención en lo malo que ‘pudiese suceder’ confía en que el Rey está aquí y que con su Presencia todo va a mejorar. En pocas palabras activa tu fe en el Reino de Dios.

3) Enciende la luz. Si entras a una ‘casa del terror’ con las luces encendidas verás que todo lo que hay dentro es falso. Apariencia. El miedo se alimenta de las apariencias. La falta de claridad distorciona nuestra visión haciéndonos ver como real algo que con la luz encendida es un ‘muñeco mecánico’. Jesús dice: “Yo soy la Luz”. Enciende la Luz. Clama a Jesús. Ponlo en tu mente y corazón. Llámale con tus labios. Vive en Su amor y perdón y la oscuridad se irá.

4) Recuerda y no olvides. Olvidar a Dios es peligroso. Memoriza la Palabra de Dios y cuando te ataque el miedo, recuerda lo que Dios dice. Recuerda que Jesús nos dio Su vida, Su sangre, Su Espíritu Santo. Recuerda que tienes un ángel guardián. Si olvidas la verdad, te gana la mentira. Así que no olvides…recuerda.

5) Enfrenta tus miedos. Si te fijas la armadura que nos describe S. Pablo en Efesios 6 no tiene cobertura en la espalda. La armadura no cubre las espaldas, queriéndonos decir que si huyes mostrarás la única área desprotegida que tienes. El miedo seguirá siendo miedo sino lo enfrentas. Pero si lo enfrentas se convertirá en un testimonio que glorificará a Dios.

6) Reúnete. La armadura no tiene cobertura en la espalda pero tus amigos pueden cuidartela (poniéndose en tu espalda y usando su escudo para protegerte). No hay nada mejor que una poderosa reunión de oración para alejar al miedo. Reúnete con otros creyentes, énfocate en Dios, alabalo y adórale. El orar juntos hace que al miedo le de miedo. La alegría de estar juntos diluye altos niveles de miedo.

¿Sabías que a Job le pasó todo lo que le pasó por cultivar miedos? ¿Cuál de los 6 puntos anteriores desconocías? ¿Tienes alguna arma contra el miedo no mencionada y que quisieras compartir?