fbpx

Recién celebramos la fiesta de Pentecostés. Para algunos es meramente una fiesta más entre las tantas dentro de la liturgia. Pero para otros, incluyéndome, es una fiesta sumamente importante. ¿Es Pentecostés importante para ti?

Soy de los que creo que todo creyente, dentro o fuera de la fiesta de Pentecostés debe experimentar un ‘pentecostés personal’. Debe vivir ‘un bautismo en el Espíritu Santo’. Esto no es invento de ningún movimiento de la Iglesia, el Bautismo en el Espíritu es invención de Dios. Jesús fue quien dijo: “…ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”. (Hch 1,5)

El bautismo en el Espíritu o con el Espíritu Santo no es un sacramento. El sacramento del Bautismo se sirve del elemento del agua en el cuál somos sumergidos como iniciación a la vida cristiana. PERO en el bautismo en el Espíritu Santo somos sumergidos o envueltos por el Espíritu Santo, para que seamos testigos poderosos en Dios.

El sacramento del Bautismo nos inicia en la fe, la experiencia del bautismo en el Espíritu nos inicia en el compartir la fe con Poder.

Jesús dijo: “…cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos…” (Hch 1,8). Otras traducciones dicen: “Saldrán a dar testimonio de mí”.

El Espíritu Santo nos convierte en lo que yo llamo Testigos Pentecostalistas.

¿Qué es un testigo? Es aquel o aquella que puede decir: “Yo ví esto”. Ó “Yo escuché o viví esto”. Un testigo es alguien que ha estado donde sucedieron las cosas que se relatan.

¿Qué es un pentecostalista? Es una persona que ha gozado la mismísima experiencia que tuvieron los primeros discípulos de Jesús en el día de Pentecostés.

Una persona, en mi opinión, puede ser pentecostalista, aunque no pertenezca a la iglesia pentecostal. Pueden y hay, pentecostalistas católicos, bautistas, metodistas, episcopales, luteranos, etc…En fin, la experiencia de Pentecostés, que no es lo mismo que la fiesta de Pentecostés convierte a las personas en testigos pentecostalistas, llenos del Poder del Espíritu Santo, de manera que sean testigos ardientes del fuego transformador y sanador de Dios.

No es lo mismo saber de Pentecostés que experimentar “un” Pentecostés.

Hoy más que nunca los creyentes, enfrentando tantos sin sabores del siglo XXI necesitamos más de la Presencia y la guía del Espíritu Santo. Si le desplazamos y no le dejamos movernos en Su Poder. Nadie vendrá al Señor Jesús. Su Presencia es atractiva y necesaria. El Bautismo en el Espíritu Santo es el remedio de Dios para la frialdad de hoy. Frialdad no sólo en el mundo, sino muchas veces en la Iglesia. Dice el Papa Francisco: “Prefiero una Iglesia herida por salir a la calle a servir que una Iglesia enferma por estar encerrada en si misma”.

Recordemos que la Iglesia está conformada por nosotros y si nos quedamos encerrados en nuestros problemas, excusas, falta de conocimiento o desánimo caeremos enfermos de encerramiento. Todo lo contario a Pentecostés, que terminó con las puertas abiertas y los discípulos en la calle testificando de Jesús.

Si aún no estás bautizado en el Espíritu Santo ¿Qué esperas? Pídele a Jesús que te bautice en Su Espíritu. Si ya lo estás, también ¿Qué esperas? Sal a ser Su testigo con Poder. El Poder de Dios se nota en sanaciones, liberaciones, conversiones, etc…

¿Qué opinas? Tus comentarios son bienvenidos.