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El relato bíblico de la navidad es muy diferente a las representaciones actuales. El Rey nace en una cueva oscura y maloliente. Los pesebres de aquella época eran cuevas, no tan bonitas como las casitas-pesebre que ponemos en las casas y tiendas.

Para mi navidad es la época de los olvidados. Dios se hace presente ante aquel que no tiene a nadie y nos mueve a hacer lo mismo.

Belén era un pueblo olvidado. Los pastores eran personas sin importancia, también olvidados por la sociedad. La profecía del nacimiento del Rey en Belén también era inesperada y olvidada. La gente aparentemente olvidó lo difícil y riesgoso que era parir en esa época y cerraron sus puertas a una pareja en espera.

Los fuertes de la época no fueron testigos del nacimiento de Jesús. Herodes no sabía nada de lo que comentaban los reyes del oriente. Irónicamente sabían más los de fuera que los de adentro. Los escribas/teólogos de la época sí sabían pero no movieron ni un dedo para acercarse al Rey Jesús que nacía. ¿No pasará hoy igual?

¿Quiénes fueron invitados por Dios a ver al niño Rey? Los pastores olvidados. Hay que entender que cualquier acontecimiento en los pueblos, los últimos en enterarse eran los pastores. Pues estaban siempre en las afueras, entre ovejas y nunca sabían las últimas noticias. Eran los olvidados de la sociedad. PERO no para Dios, Dios les envió ángeles a cantarles y anunciarles el nacimiento del Rey. Ellos sí fueron.

Navidad parte en dos grupos a los creyentes: Unos saben lo que hay que hacer como los escribas en el palacio de Herodes, pero no lo hacen…otros no saben nada y Dios les invita ‘de noche’, una invitación de último minuto a los pastorcitos y ellos sí se mueven.

La Navidad tiene este doble mensaje:

1. Dios no te olvida:
Aunque familiares se olviden de ti. Aunque amigos te abandonen. Aunque sientas que a nadie le importas…Dios no se olvida de ti. Jesús nació en el olvido para sanar a los olvidados. Dios no te olvida porque te ama. Abre tu corazón a El, aunque esté herido, para que Su Amor haga de tu cueva una cuna de bendiciones. Dios no olvida sus promesas. Dios no olvida a sus pequeños. Dios no olvida a quien se confía a El.

2. Muévete y Dios se moverá:
Algunos sabemos mucho de Dios, pero no hacemos lo que Dios dice. Tenemos una esperanza inactiva. Lo mejor es esperar la intervención de Dios mientras hacemos lo que el nos manda. Salir del ‘Palacio’ para ir a ‘Belén’ no es necesariamente un mensaje para los ricos, sino para los que ya sabemos de Dios pero hemos olvidado dejarle actuar a través nuestro. Debemos salir de ‘Palacio’ y entrar a ‘las cuevas de Belén’. Si en esta navidad no te mueves, no esperes naaaaada. ¡Muévete y Dios actuará!

¿Cuál es tu opinión? Deja tu comentario…  ¿Habías pensado en la navidad desde esta perspectiva?