En este websodio cuento los testimonios que más llamaron mi atención en el mes de mayo.
También hablo sobre como la palabra de conocimiento activa la fe y también como el moverse en fe permite que el Poder sanador de Dios fluya con libertad. Aquí puedes ver el video.
La semana pasada mi esposa y yo, junto a otra pareja de nuestro equipo de oración y ministerio (Steven y Sayli) visitamos a un grupo de oración. Fue impresionante la Presencia Amorosa y Sanadora de Dios. Fue como si El estuviese esperando hace tiempo que le dieran la oportunidad de manifestarse, pero parece no le dejaban. ¿Sucede esto en tu comunidad, familia o en tu vida personal?
Me habían invitado a mi para una noche de sanación y liberación. Me dieron la libertad de elegir el tema y de cambiar el esquema o programa de la noche. Realmente no sabía cómo hacer hasta llegar y discernir el «pulso espiritual» de los reunidos. Al llegar sentí que allí, semana tras semana se reunían personas a orar pero que su oración era tan bien organizada que no le daban la oportunidad al viento del Espíritu de soplar su aliento de intimidad sobre ellos.
Cuando las estructuras, esquemas, programas o lo que sabemos de Dios no nos lleva a una mayor profundidad o a un poderoso y despeinante encuentro con El, nos puede engañar haciéndonos creer que vamos bien. Tenemos un Dios que le gusta sanar, hablar y bendecir que a veces se encuentra con personas que tenemos tantos conocimientos de como el debería ser y actuar que por respeto a nuestras mentecitas se adapta para no ofendernos. AUNQUE en ocasiones viene como Huracán a romper esquemas y mentalidades que nos hace que le metamos en cajas de discernimiento de las cuales a veces ni le dejamos salir de nuevo. Guardando entonces experiencias del Espíritu en recuerdos de una sola ocasión y sin apertura a un avance desde aquel regalo suyo.
Quisiera compartir contigo algunas cosas que me han ayudado tanto en lo personal como en lo comunitario para tener una sana vida en el Espíritu:
1. El Espíritu Santo puede cambiar de opinión en cuanto al esquema/programa: Jesús cuando hablaba con un sabelotodo llamado Nicodemo (Un experto en lo escrito sobre Dios, experto en esquemas y formas) le dijo que el Espíritu Santo es como el viento. (Jn 3). Sopla donde quiere y cuando quiere. El viento no lo podemos controlar, si podemos adaptarnos a su mover o a su soplar.
No es malo tener esquemas, programas o agendas siempre y cuando la forma no sea más importante que el fundamento. Esquemas sin fundamentos son como huesos secos sin vida. Estamos llamados a desarrollar una apertura perdida por la humanidad, al inicio «al soplar el viento de la tarde» el ser humano tenía un encuentro íntimo, naturalmente sobrenatural, sin mucho esquema, ni programa, sin ropas, lleno de espontaneidad, abierto a lo Suyo aún no existía la colaboración de las devociones, no había liturgia, ni escritos espirituales sólo su presencia y dos personas atentas a Su Presencia.
2. Preguntar es dar oportunidad a la otra persona a dar su parecer: Toda persona tiene voluntad, decisión, querer. El Espíritu Santo es una persona y por ende tiene voluntad. No es una energía poderosa, aunque tiene Poder. No es una idea conceptual aunque tiene ideas. Parte del respeto en toda relación de importancia o relación intima en la que se quiere crecer es preguntarle a la otra persona: ¿Qué quieres hacer? ¿Cuál es tu parecer en cuanto a lo que yo pienso? Muchas veces cuando tengo a alguien en frente contándome su problema, centrándose en su «ombligo» y no centrándose en el Señor que tenemos, pregunto al Espíritu Santo: ¿Qué quieres decirle? También cuando me invitan a una asamblea a predicar y a orar pregunto ¿Qué quieres hacer en medio de ellos? Que distinta sería nuestra vida y nuestras asambleas, que distintas las familias y la misma Iglesia si desarrollamos este respeto a los pareceres del Espíritu Santo. Un verdadero respeto a Su mover y voluntad.
3. Los servidores son bloqueo o son una puerta: Jesús dijo ser una puerta, puerta o portal a una nueva realidad, portal de una nueva dimensión de Amor con el Padre y el Espíritu Santo. Los fariseos eran un tope, un bloqueo, invalidaban el mover del Espíritu en Jesús con sus conocimientos de lo que Dios hizo en el pasado. Los fariseos no querían renunciar a sus formas y maneras. Cuando Jesús venía con una novedad del Espíritu (una puerta) se encontraba muchas veces con un tope (en la mentalidad de los fariseos). Esta mentalidad, a veces se metía en los mismos discípulos (Mc 4, 18-21). Muchas veces lo que pasa en una casa es a través de quienes dirigen esa casa, ellos son un bloqueo o una puerta. Muchas asambleas o comunidades no reciben pues en la privacidad de esos servidores no hay una «puerta abierta» al aliento de Dios. Cuando nos quedamos con nuestro mal aliento la gente muere. Jesús en mí es un portal a un cielo abierto para mi casa y para mi servicio. Debemos cultivar momentos en los cuales dejemos al Señor dominar o movernos a la apertura de lo esencial, dejando a un lado las formas innecesarias.
Espero esto te sirva en tu vida y tu servicio. Aquella noche yo fui a aquella asamblea con una idea de lo que iba a hacer, lo que iba a predicar y hasta en que momento iba a dejar al Espíritu Santo descender a hacer su querer. PERO me arriesgué a confiarle todo. Vimos sanaciones interiores, recibimos palabras proféticas de ánimo y consuelo, sanaciones físicas. Que nuestra vida sea un reflejo de cuanto le dejamos a El actuar en lo privado de nuestra vida.
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La navidad está envuelta del Poder de Dios. La navidad es maravillosa pues nos habla de un Dios maravilloso. No deja de ser un tiempo de guerra espiritual. Quisiéramos que fuese todo tan bonito como las luces, los dulces, los regalos con los que hemos llenado estas fechas. Por ello volver al origen de todo nos ayuda a estar alineados con lo que realmente es.
Actualmente estamos en Nicaragua, con los abuelos de mis hijos. Mi suegro vive aquí hace años. En mis meditaciones en este vacasterio (así le llamamos en mi familia a la combinación entre vacaciones y ministerio) he sacado nuevas enseñanzas o luces. Te las comparto aquí. 1. Dios usa a un hombre y una mujer que confían en Su Presencia: Una mujer que confía plenamente en la Palabra de Dios. Confiaba más en la Palabra de Dios que lo que conocía de la naturaleza. Cree en la posibilidad de lo naturalmente imposible. (Si quieres lee de nuevo Lc 1, 26-38) Ella realmente cree en la verdad de que para Dios no hay absolutamente nada imposible. Ella lo vio en su mente antes de sentirlo en su vientre. Jesús fue real en su corazón de carne antes que encarnarse en sus entrañas.
Un hombre que confía en sus sueños. Cuando el hombre deja de soñar la casa se convierte en una pesadilla. La casa deja de ser un hogar. José confiaba más en sus sueños que en su alrededor. Más bien dejaba que la realidad fuese rodeada o envuelta por sus sueños. José soñó con el Nombre de Jesús. José vio el Poder de Su Nombre en sus sueños. Despertó a la realidad con Su Nombre en la mente y en el corazón. El sueño es el antídoto al miedo, escuchó las palabras “No tengas miedo” y creyó en ellas. Soñó con tomar a María como esposa y no le hizo caso a las opiniones o creencias de la época. Superior a todo era el soñar con Dios. Sólo en la intimidad con Dios una mujer puede recibir Palabras que superan su naturaleza. Así también sólo un hombre que descansa en la intimidad con Dios puede encontrar la solución a cualquier problema. José recibió instrucciones de como escapar y a dónde ir con su familia mientras descansaba. Sólo una persona que confía puede descansar y mientras descansa confiado puede recibir instrucciones del cielo para salir de en medio de problemas. José se convirtió en un hombre que siempre realiza lo que sueña.
Tu y yo podemos ser el José cuyos sueños afecten a toda nuestra familia. O puedes ser la María creyente en la Palabra que produce vida aunque no ocurra como la naturaleza nuestra lo quiera.
2. Dios confía tanto en la familia/matrimonio que se encarna en un hogar.
En Belén no tenían casa pero si eran un hogar. Se tenían el uno a al otro. En medio del amor no hace falta más. Abundancia no es tener mucho de todo lo que nos encaprichemos. Abundancia es necesitar poco. La intimidad es la cuna de lo nuevo. Todo lo nuevo nace de la intimidad.
La Navidad es la época de recuperar la intimidad. Mucho debieron hablar María y José, camino a Belén, muchas miradas de complicidad mientras estaban solos en el pesebre con el niño. La intimidad es más que las relaciones sexuales. En inglés intimidad se dice intimacy, es casi como decir in-to-me-see, lo que sería en español, entre en mi y mira. Dejarse ver. Hoy vivimos en un mundo de estructuras, pero muchas de esas estructuras están vacías. Muchas casas sin amor. Muchas empresas sin emprendedores. Muchas reuniones sin Presencia de Dios. Dios se confía a dos personas que se aman. Dios-amor confía en el amor. María contaba a su esposo lo que guardaba en su corazón, José relataba sus sueños. Muchas personas pueden estar leyendo esto y pensar que están fuera, pues no tienen un matrimonio ideal o están solteros. Pero hay distintos niveles de intimidad, si no es en el matrimonio o en la familia busca en la Iglesia, Comunidad de comunidades. Si no quieres o sientes que no puedes buscar y más bien quieres ser encontrado o encontrada, déjate encontrar por Dios y disfruta de su amor. En el fondo la Intimidad que realmente produce vida y sueños es la Intimidad con Dios. A muchas relaciones íntimas les falta esta Intimidad mayúscula.
El Amor se hizo carne en una atmósfera de amor intimo. Un niñito necesitado de cuidado y amor salvador en su etapa de indefenso para luego crecer y defendernos del mal y salvarnos con Su Poder. El Amor cuida y es canal del Poder del Señor. 3. El Enfoque de la Navidad lo es todo.
María y José fueron rechazados por los parientes y amigos de Belén. Pero María y José mantuvieron el enfoque en Jesús y no en las heridas que recibieron. Si ellos se hubiesen quedado en el dolor causado por los habitantes de Belén. Belén y el pesebre hubiesen sido un ambiente de llanto y herida. En vez de un ambiente de paz y gozo. Lo que ellos no recibieron de Belén lo recibieron de los sabios de oriente. Vienen regalos inesperados pero sustanciosos y sanadores. Ellos no transmitieron a Jesús el dolor de Belén. Ellos no transmitieron a la historia el dolor del rechazo. Es algo que suponemos y leemos entre líneas. Pero no es lo primordial de la historia. Lo central es Jesús. Lo mismo con nosotros. Si en navidad nos mantenemos enombligados (palabra que creo me inventé, significa estar enfocados en nuestro ombligo). Si nos mantenemos mirando mis carencias, lo que no tengo, lo que creí me darían y no me dieron, me faltó, etc…y no levantamos la mirada del ombligo y miramos a Jesús, la navidad deja de ser navidad. La navidad, María y José, son el vivo ejemplo que que contar con el favor de Dios y ser guiados por el Espíritu Santo, no significa que todo va a ser rosadito y bonito. Como decía al inicio de este escrito esta época es una época de guerra espiritual y en la guerra quien pierde el enfoque pierde la vida. La vida en la guerra está en Jesús. No en el ombligo. Levantar la mirada es adorarle. Muchas cosas duelen por años sin curación porque no se han dejado en el altar de la adoración para que el fuego de Dios caiga y lo consuma. Las heridas de la Navidad son sanadas con los balbuceos del bebito. A los bebitos no se les entiende lo que balbucean pero si les miramos con atención entenderemos todo. Es tiempo de mirar a Jesús. Nacerá una nueva luz que ahogará toda herida oscura.
Espero tengas feliz Navidad enfocándote en Jesús. Soñando en Su Presencia y creciendo en intimidad. Comparte este escrito con quien quieras. Deja tu comentario aquí abajo.
Aquél día Isaias vio al Señor, lo vio cuando el rey Uzías murió. El pueblo, incluyendo a Isaias estaba aturdido por la muerte de su rey. PERO si el rey Uzías no moría Isaias no iba a ver. Según Jesús para ver hay que creer. Mientras Uzías vivía Isaias y el pueblo de Dios no creían. Su fe estaba muerta. La muerte de Uzías reavivó la fe de Isaias y del pueblo. Uzías representaba estabilidad y riqueza. Remodelación y belleza. El Pueblo rodeado de opulencia y estructuras estaba zombie, con apariencia de vivo, pero muerto. El pueblo necesitaba una purificación.
Vienen los tiempos de los labios puros. Prepárate. Uzías tiene que morir. Ese rey debe morir. Uzías, si estudiamos su vida en la Biblia, vemos que intentó tomar el lugar de los sacerdotes y como consecuencia de esto le entró lepra en su cuerpo y murió. La muerte y la enfermedad viene cuando nos salimos del propósito de Dios para nuestra vida. Cuando hacemos lo que no es de Dios para nosotros nos enfermamos y la muerte toma dominio. Uzías murió y automáticamente a Isaias se le abrieron los ojos para ver al verdadero Rey sentado en Su trono.
¡Dios sigue reinando! ¡Sí! Aunque sientas momentos de inestabilidad, aunque haya una aparente oscuridad. Aunque Uzías el Remodelador haya muerto, Jesús está vivo. El orgullo tiene que morir y ser enterrado para que brote lo nuevo de Dios. Hay un orgullo en algunos ambientes de la Iglesia que está tapando los ojos del pueblo y por eso no ven a Dios en Su Trono. Isaía lo vio al morir Uzías. Hay un Uzías en cada uno de nosotros que debe morir para poder ver. Yo no temo ver. Cada vez que veo más a Dios actuar, más le amo.
Isaías vio todo el esplendor del Señor. Vio que las ropas de Dios cubrían todo el Templo. Dios cubre a la Iglesia, Dios cubre con sus caricias y sus amores a los suyos cuando nos enfocamos en El. Mientras sigamos con los ojos en lo que pasó o lo que no pasó. Mientras estemos viendo a Uzías, lo que Uzías comenzó y no terminó, no veremos a Dios en Su trono. Dios sigue en su trono a pesar de lo que pasó o no pasó.
Isaías ve al Señor y lo primero que sale de sus labios es muerte. Sale de sus adentros su enfoque. Da lo que tiene. Pues nadie da lo que no tiene. Una profunda experiencia de Dios le pincha sus adentros y le sale: «Voy a morir». Dios tiene propósito para Isaías, pero Isaías tiene muerte en su interior. Dios tienen que re-alinear a Isaías. Dios tiene que purificar lo para que de adentro de Isaías brote vida y no muerte. Isaías se dejó afectar por su alrededor. Dios quiere que Isaías afecte su alrededor. Que Isaías cambie la atmósfera que le rodea.
Muchas veces Dios quiere hacer más a través nuestro y nosotros le frenamos. Sacando a flote lo que nos rodea. Mostrándole a Dios lo que es obvio para El. Dios sabía ya de la inestabilidad por la muerte de Uzías. Dios sabía del pecado de Isaías. Dios sabía que era necesario una pureza de corazón para ver más pues sólo los limpios verán más. Pero aún así Dios quería intervenir y mostrarle a Isaías su agenda, su poder, su caracter. Isaías casi frena a Dios diciendo es que soy pecador y tengo labios impuros y voy a morir. Dios no se detiene. Dios pone un carbón a rojo vivo en sus labios.
De lo que abunda el corazón, hablan los labios, dijo Jesús. Esta purificación es de dentro hacia fuera. Lo que funciona dentro funciona fuera. Lo que no funciona en lo íntimo, en lo interior, en lo privado, no funciona afuera, no funciona en lo externo o visible. Dios purificó con rojo vivo, como la Sangre de Jesús, que es lo único puro y que purifica. Dios proveyó lo que sana y purifica. Dios capacitó a Isaías para hablar vida.
El carbón fue algo vivo. Algo que perdió vida, murió, se ennegreció. Pero fue puesto como un posible combustible del altar de Dios. Una de las formas más antiguas de encender carbones es derramar aceite encima del carbón. Algunos carbones ya traen aceite dentro y estos encienden y mantienen más el fuego. Un ángel tomó un carbón a vivo fuego y lo puso en los labios de Isaías. Le quitó la muerte de los labios y del corazón. Aquel que antes decía que iba a morir luego dice envíame a mi. Yo tengo y tendré mucho para dar.
Dios está levantando nuevos Isaías. Las prédicas que tocarán los corazones en este tiempo serán la que salgan de labios tocados por el carbón de Dios. Labios puros. Hay canciones que no ayudan al pueblo a ver a Dios, pues no son compuestos ni cantados por corazones tocados ni por labios tocados por el rojo vivo purificador de Dios. Vienen tiempos de separación. Tiempos en los que se notarán los que han visto cuando su Uzías murió. Isaías que proclaman vida. Ya basta de gente de Iglesia que sólo llora y se impacta por la muerte. Ya basta de repetir lo que nos rodea. Es tiempo de que nuevos Isaías hablen la vida de Dios. Hablen la paz de Dios. Hablen la salud de Dios. Hablen en el Poder del Espíritu de Dios. En Nombre de Dios.
¿Estás listo para que muera tu Uzías? ¿Estás dispuesto a que tus labios sean purificados? ¿Quieres que Dios te muestre más? ¿Te atreves a confiar? Yo quiero labios puros. Labios suyos. Soy suyo.
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Tenía los pies encorvados desde niña. A tal punto que escondía sus pies. Aunque le molestaban los zapatos nadie sabía de la deformación en sus dedos. En medio de la adoración Dios la sanó. Sus dedos ya no están encorvados. Jesús la sanó.
Esto ocurrió en Monterrrey. Durante un momento de adoración dentro del Congreso Nacional de Ministerios de Música, Animadores de asamblea e intercesores. Dios nos regaló muchas bendiciones y entre ellas lo que al inicio de este artículo escribí sobre Margarita.
Ella se acercó a la tarima en la cual estábamos, se quitó sus zapatos y nos mostró sus pies ya curados por el Poder de Dios. Todo esto luego de una palabra de conocimiento que recibí y comuniqué ante todos. Después de unos minutos de espera Margarita se identificó entre los miles de presentes caminando hacia nosotros con sus ojos llenos de lágrimas de emoción y agradecimiento a Dios.
Es hermoso lo que sucede cuando adoramos a Dios. En Su Presencia lo imposible se hace posible. En su Presencia retornamos a la originalidad que Dios pensó para nuestra alma y cuerpo. Es la Presencia Restauradora de Dios. La Presencia de Dios sana y liberta. Cuando en privado, en asamblea o en una multitud adoramos al Señor y hacemos conciencia de Su Presencia, se activa la fe y fluye el Poder de Dios bendiciendo a los presentes.
«En su Presencia lo imposible se hace posible»
Imagínate el impacto emocional en ella cuando obedeció en fe la palabra de conocimiento que decía: «Aquí hay alguien con los pies encorvados desde temprana edad, no dejas que te vean los pies por vergüenza pero quítate los zapatos y mira que Dios te está sanando». Ella lo hizo y vio que era real. Muchas bendiciones se pierden por falta de obediencia en fe. Hay una conectividad entre la fe, la obediencia y las bendiciones de Dios.
Me imagino cuando Margarita llegó a su casa y mostró a sus cercanos lo sucedido. Su familia de seguro si sabía de su condición. Una sanación es un llamado a la fe tanto para quien ya conoce a Jesús como para quien no. Su familia debe haber recibido un aumento de fe en el Señor al ver Su Misericordia palpable en los pies de ella.
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Las palabras de conocimiento, cuando son dichas con la intención de obedecer al Señor, aunque las digamos con detalles incorrectos, pueden bendecir y sanar. En ocasiones yo me limitaba y cuando percibía algo que no entendía o algo que yo no había experimentado, no lo decía. PERO gracias a Dios, he ido rindiendo el ‘querer entenderlo todo’, muero a mi y me llevo a obedecer al Señor. Cada vez me hace más sentido la frase que quien obedece al Señor Jesús no se equivoca.
Nota importante: Hace poco publiqué un testimonio sobre la bendita exactitud del carisma de Palabra de Conocimiento (si no lo leíste haz click aquí Las Pastillas Amarillas, en esta ocasión publico la bendita inexactitud de la Palabra de Conocimiento. Dios bendice nuestros riesgos. Escribo esto uno detrás del otro a propósito para que nos demos cuenta que Dios usa hasta nuestros fallos y no debemos paralizarnos por detalles).
Este fin de semana del 18 al 19 de marzo, estuve en El Paso, Tx. En un congreso de Evangelización, allí en su mayoría eran personas que no habían nunca participado de una actividad así (prédicas, oración, testimonios, etc.). Estuve con mi amigo Sergio Soto.
En un momento de oración sentí que allí presente había alguien con una ‘uña enterrada’ o ‘uña encarnada’ que le causaba mucho dolor al pisar y caminar. Al decirlo y pedir confirmación entre los presentes, nadie levanta la mano. (A veces me gustaría tener el don de tirar rayo laser por los dedos para tirarle a los que luego se acercan en los recesos a decir que no se atrevieron a identificarse cuando estuvimos buscando confirmación). Es broma lo del rayo laser 😉
Insistí un poco más, pero nadie decía: ‘soy yo’. Les decía que queríamos dar Gloria a Dios porque te había quitado ese dolor o malestar al pisar. Nadie decía nada. Esta fue la última palabra de conocimiento que dimos en ese momento de oración y todos estaban como a la expectativa, igualmente yo pues además era la primera vez que me venía una palabra de conocimiento de ese tipo.
Confieso que en un momento pensé que era una sanación sencilla o sin importancia. Que es más importante la sanación de un hueso o de cáncer. Aunque en fracciones de segundos me respondí a mi mismo. Quien soy yo para detener a un Dios tan grande que quiere sanar una uña. Además como a mi no me duele la uña al pisar, es muy fácil para mi concluir que entonces esto es una sanación sencilla. Si le hubiese dado importancia a ese razonamiento no digo la palabra de bendición para otro.
Al terminar cuando ya casi se iban a dar los avisos finales del día, mientras se cantaban una canción de alabanza, se me acerca una mujer con cara sorprendida y con los cordones de los zapatos desamarrados.
¿Es usted la de la uña? Ella me responde: «déjeme explicarle». «Yo no me identifiqué pues no tengo ninguna uña encarnada. Pero sí me pasa hace años que la uña del dedo pequeño de mi pie derecho (mientras hablaba se quitaba los zapatos y medias) me roza con el dedo de al lado y me creó un cayo redondo muy doloroso, pero mire ahora desapareció el cayo y no tengo nada de dolor.»
Me arrepentí de haber querido tirarle un rayo laser. Yo fui quien me equivoqué. No quiero justificar mi equivocación pero a veces es difícil comunicar lo que percibimos ‘en el Espíritu’, en ocasiones podemos fallar. Pero Dios aún así puede hacer su obra. Santa Teresa decía: Dios escribe derecho aún sobre líneas torcidas. Así es Su Poder.
Doy gracias a Dios que crecí y sigo creciendo en la fe al rededor de personas que me dan el permiso de fallar, sin que esto sea la gran cosa. Fallando es que se aprende. Nadie aprende a andar en bicicleta sin que se tenga algunas caídas en el proceso.
Muchas personas y/o comunidades no crecen en la Vida Carismática pues están sumidos en un ambiente de crítica, escrúpulos o competencia. Cuando se andan buscando las fallas en el ejercicio de los carismas más que enfocarnos en lo que Dios sí está haciendo se pone como un bloqueo a su acción. Del mismo modo cuando los ancianos en la fe, los expertos o líderes tienen un ojo crítico ante quien intenta dar una palabra de conocimiento o profecía y luego en vez de hablar con un tono de ayuda hacen sentir al que se lanzó en fe como un estúpido. Así también las competencias carismáticas, en ambientes donde no se honra la unción que tiene otro y se compite por ‘el lugar del más ungido’, así no se crece en el Poder Carismático del Espíritu Santo. Me admiro y honro como el Señor usa a mi amigo Sergio Soto. Me encanta escucharlo predicar. Muchas palabras de conocimiento que el da superan las mías y eso que el dice que ha aprendido de mi.
Antes de terminarse el evento tomamos el micrófono y esta persona mostró su pie y contó lo que Dios había hecho. Agradecía a Dios que le quitó tan gran molestia y dolor al caminar. Y yo agradezco a Dios que hasta a través de nuestros fallidos intentos el actúa con Su Amor y Poder.
Lancémonos en fe. No nos enfoquemos en fracasos carismáticos, ni en fallos en nuestros intentos de dejar que fluyan los carismas. Mejor enfoquemos más nuestra mirada en el Señor y ayudémonos el uno al otro. Y los que tenemos la etiqueta de expertos o líderes, por favor, seamos coaches o entrenadores cariñosos que animen a los que están aprendiendo a abrirse al fluir del Espíritu Santo.
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