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Hoy día vivimos en un mundo de claves. Usamos claves para poder entrar y leer nuestros correos electrónicos. Usamos claves para retirar dinero en efectivo de nuestras cuentas bancarias. Usamos claves para entrar a ciertas áreas restringidas en nuestros trabajos. Sin la clave no se entra y nos quedamos fuera o no podemos recibir los correos o mensajes que nos han enviado.

Algo parecido ocurre con los carismas y la Vida en el Espíritu. Es necesario tener las claves necesarias para vivir plenamente como un ciudadano del Reino Poderoso de Dios ya activo en la tierra. La palabra clave viene del latín Klawis y significa llave. Una clave es una llave. Pues quiero compartir unas claves para entender los carismas.

Estas claves son poderosísimas pues están fundamentadas en la Palabra de Dios. Las tomo de lo que escribió S. Pablo a los Corintios. Son tres llaves para ayudarte a entrar a la dimensión carismática de nuestra fe.

1era Clave: La información es el punto de partida.

Dice S. Pablo en 1 Cor 12,1: “En cuanto a los carismas, no quiero, hermanos que estén en la ignorancia”. Por ello él escribe sobre ellos, para que enterándose así los lectores del beneficio que ofrecen los carismas, se dispongan a quererlos, pedirlos y brindarlos a la comunidad.

Lo contrario a ignorar es conocer. Mucha gente opina mal de los carismas pero no los conoce. Eso es opinar desde la ignorancia. Otros toman como ejemplo de vida carismática a personas que no por ser ‘ungidas carismáticamente por el Espíritu’ dejan de cometer algún error. Por ello es importantísimo el conocer sobre los carismas y sus beneficios pues esto nos da base para discernir y para desear lo que Dios desea y al mismo tiempo rechacemos lo que Dios rechaza.

S. Pablo le dice a los Corintios y a nosotros, que para entender los carismas hay que conocerlos y que debemos aprender que por el hecho de que algunos carismáticos cometamos algunos errores al ejercer los carismas (como ocurría entre los corintios) esto no invalida la realidad de que los carismas son una manifestación del Espíritu Santo para el provecho de la Iglesia (1 Cor 12,7). Además hay que tomar en cuenta que, S. Pablo no opina ni enseña desde la ignorancia, pues el mismo afirma no sólo conocerlos sino que los ha experimentado (Ej: en Corintios 14 dice que el ora en lenguas). Así que si te llama la atención algún carisma infórmate sobre él pues quizás es que Dios te lo quiere dar o si rechazas algún carisma pues te chocó el mal uso que alguien hizo de él, también infórmate mejor de ese carisma pues puede que cambies de opinión. En fin, los carismas no los ignores, conócelos.

2da Clave: Los carismas son ‘50’.

Cuando alguien le preguntaba al P. Emiliano Tardif ¿Cuántos carismas hay? El respondía que los carismas son ‘sin cuenta’. Esta respuesta dicha con una pronunciación dominicana, donde no diferenciamos mucho al pronunciar la c de la s parecía que estaba dando como respuesta el número cincuenta. Pero no, lo que intentaba decir, de una forma jocosa pero llena de sabiduría, es que los carismas no se pueden contar, son sin cuenta. Son muchos, muchísimos. Se presentan según cada necesidad de intervención de Dios en la tierra.

En el Nuevo Testamento hay varios listados de carismas, pero antes de pasar a estas listas es bueno aclarar que el objetivo de ellas no es ‘encerrarnos’ a que los que están en esas listas son los únicos válidos, pero si nos ayudan a notar que son diversos y muchos. Aquí los listados del Nuevo Testamento (sólo desarrollaremos el de 1 Cor 12 por ser el más explícito):

1 cor 12,8-10: “Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, el de interpretarlas”.

Otros listados son: Rom 12, 8-10; Ef 4,11 y 1 Pe 4,10-11.

Esto provoca la pregunta ¿Por qué tantos carismas? Una respuesta podría ser: Es que Dios es muy amplio, inagotable y bondadoso. Esto nos lleva a estar atentos y abiertos a lo que Dios quiera dar según la necesidad de cada familia, comunidad o parroquia. ¿Tienes esta atención y apertura al Espíritu Santo? ¿o le limitas?

3ra Clave: Los carismas se piden.

Para mí esta es la clave o llave más importante. Pues quien no pide los carismas al Espíritu Santo no ha usado las llaves anteriores. Quien no conoce los beneficios que dan los carismas a la Iglesia, no los pide. Del mismo modo quien no está abierto a la amplitud de Dios, se cierra o se limita a lo que conoce y no los pide, entonces su fe se estanca y nunca se amplía.

En esto de pedir y recibir los carismas S. Pablo parece repetitivo, aparentemente quiere dejar bien claro que no es malo desear carismas. Es como enseñando que el camino correcto es quererlos y pedírselos al Espíritu Santo.
Veamos lo que dice:

1 Cor 12,31a: “Aspiren a los carismas superiores…” luego S. Pablo nos habla del amor continuando hablando sobre el buen uso del carisma de profecía y orar en lenguas. Algunas personas mal creen que el tema del amor está como en el medio del tema de los carismas, pero no es así, es que al aspirar y practicar bien los carismas, crecemos en el amor. Pero lo que queda claro de esto es que si los carismas no se pudieran pedir, pues ¿para qué nos dice que ‘aspiremos’ el tenerlos?

1 Cor 14,1: “Busquen el amor; pero aspiren también a los carismas, especialmente el de profecía”. Aquí también es obvio que S. Pablo está motivando, especialmente al que nunca ha dado un mensaje profético de parte de Dios, a que se abra a esta posibilidad.

1 Cor 14,5a: “Deseo que todos oren en lenguas…” En otro momento pregunta ‘¿Acaso todos oran en lenguas?’ la respuesta es no. No todos orarán en lenguas. Pero aquí vemos el deseo que tiene de que todos experimenten los beneficios de orar en lenguas, los mismos beneficios que él había experimentado en su vida lo quiere para los demás. Esto es también una motivación a quien nunca a orado en lenguas para que se abra a esta realidad de fe.

1 Cor 14,12: “Así pues, ya que aspiran los carismas, procuren abundar en ellos para la edificación de la asamblea”. Aquí S. Pablo no sólo habla de una apertura inicial a un carisma sino de un ‘procurar’, es decir, de un mantenerse en la apertura para ‘abundar en los carismas’, como si dijera: ‘comienzas con un carisma, pero si estás abierto(a) pueden darte más y así podrás ser una mayor bendición para la asamblea’.

Para concluir, pide al Espíritu Santo sus carismas, pues El quiere estar en tu vida con ellos. Recíbelo como a un huesped que trae regalos en sus maletas. Hay una gran diferencia entre un huesped y un preso. Cuando un huesped llega viene con sus maletas. Si le dejamos entrar sin maletas, de seguro se ofende además de que los regalos se quedan fuera. Pasa entonces como cuando alguien entra en la cárcel, todo lo que esa persona lleva encima le obligan a dejarlo fuera. No es un huesped libre en la cárcel es un preso obligado a no entrar con lo suyo. ¿Cómo tienes al Espíritu Santo en tu vida? ¿Como un huesped libre? ó ¿Como un preso de lujo?

Oración: Espíritu Santo ven sobre mi con Tu Poder. Estaré atento(a) y abierto(a). Quiero ser una bendición para los demás y sin tus gracias o sin tus carismas esto es imposible. No quiero brindarme a mí, quiero brindar lo que tu das. Aspiraré, desearé y procuraré tener mi corazón abierto y mi mentalidad abierta para que fluyas en mí y así los demás puedan alabarte a ti, al ver que operas a través de pequeños(as) como yo. Estoy listo(a). Estoy en espera. Estoy como en una ‘constante vigilia de Pentecostés’. Estoy despierto(a). Derramate con Poder y úsame como quieras. Yo quiero ser Tu canal de Amor. ¡Amén!

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